Ahí estaba él, en la barra.
Una chica llevaba un rato observándolo. Camarón tomó otro trago y su instinto
le avisó de lo que estaba pasando. Nunca le había fallado. Dejó que
transcurrieran unos minutos sin hacer nada. Si al cabo de un rato no ocurría,
pasaría a la acción. No hizo falta, la chica se armó de valor y dio el primer
paso.
¿Tú no
eres…?
Su instinto contestó. Baja la voz chiquilla que me vas a meter
en un lío.
A la chica se le abrieron
mucho los ojos y se agrandó aún más su sonrisa.
Me he metido en este antro para que me dejen un poco
tranquilo, la verdad es que estoy harto
de que me paren por la calle y de tener que poner siempre buena cara, pero tú
me has caído muy bien, ¿te apetece algo?
Fue rápido el cabrón.
Camarón llamó al camarero y
pidió. Sacó su cartera para pagar.
Mierda siempre
me pasa lo mismo, estoy con uno con otro, pido las copas, las pago y al final
me quedo sin un puto duro.
No te
preocupes yo pago.
Pero como vas a pagar tú, de ninguna manera, he dicho
que te invitaba pero la verdad es que no me queda ni un chavo. Bueno está bien,
lo que pasa es que tengo otros dos de antes……..
No te puedes hacer una idea de lo mal que me sabe, de verdad. Juro que
te lo recompensaré. Ella no era muy
alta, bastante bonita, muy joven. Del montón pero bien.
Y ahí tenemos a nuestro héroe
de Cuenca haciéndose pasar por un famoso y a una chica demasiado ingenua,
joven, tonta que se cree que ha ligado con un famoso. El Camarón siguió
bebiendo por el morro y comiéndole el morro a la chica ingenua, joven, tonta.
Cuando se hizo la hora de marcharse Camarón, que en el fondo es un caballero,
decide acompañarla. Vivía en Cánovas (pasta, si no de qué).
Lo he pasado genial, ya verás cuando se lo cuente a
mis amigas, no se lo van a creer.
Si quieres te firmo algo.
¿Lo harías?
No faltaba más.
Firma y morreo. Largo.
¿Y ahora qué vas a hacer?
Pues nada, desde aquí se ve mi hotel- señalando el Meliá-. Me iré dando un paseo.
Pero qué dices.
Toma, para el taxi.
De ninguna manera, has estado pagando toda la noche,
no te puedo aceptar esto.
He dicho que te lo quedes, es muy tarde y te puede
pasar cualquier cosa.
Eres un cielo, nunca te olvidaré.
Morreo. Laaaaaargo.
Camarón echó a caminar en
dirección a la parada de taxis que la chica le había indicado. Ella se ofreció
a acompañarlo, él (ahora si) tajante
dijo que no. Miró atrás un par de veces, un par de besos al aire y un par de
sonrisas. Cuando la chica ya no lo podía ver tomó dirección a la
residencia y se alejó silbando mientras
palpaba el billete en su bolsillo trasero. No pudo evitar pensar que el mundo
era maravilloso.
"Y ahí tenemos a nuestro héroe de Cuenca haciéndose pasar por un famoso y a una chica demasiado ingenua, joven, tonta que se cree que ha ligado con un famoso."
ResponderEliminarDiscúlpame de antemano: está pero que muy bien tu relato, pero, para mí, en mi opinión, etc., etc., le sobra ese párrafo (sobre) explicativo, insisto, para mí es una explicación que sobra, hubiera quedado mejor el sobreentendido ¿no?
No hay nada que disculpar, de hecho antes de publicarlo estuve tentado de darle otra vuelta y enfocarlo de otro modo. Pero(cosas del rollo paterno filial) después de leerlo con y sin, preferí con. Y si así lo quiere mi filtro, que para bien o para mal es el que me manda escribir o callar, así es como ha de quedarse. Otra vez lo haré mejor, o no. Un saludo y gracias por el consejo.
EliminarClaro, vale, pero que conste que no era un consejo (sobre los consejos no pedidos tengo opiniones firmemente negativas), sólo una opinión valorativa y muy personal.
ResponderEliminarLee Marvin (Liberty Valance) a John Wayne (Donovan):
-¿quieres buscar problemas?
J.W a L.M:
-¿me vas tú a ayudar a encontrarlos?
Me encanta John Ford
Mathew Modine (recluta bufón):
ResponderEliminar-¿Eres tú John Wayne o lo soy yo?
Me encanta Kubrick