La sístole telúrica que habita bajo nuestros pies destruye la obra de la humanidad con un solo suspiro, (nuestras insignificantes casitas, nuestros inútiles coches y nuestro estúpido porvenir) y nos mece en su cuna de azufre, sal y agua aunque no tengamos sueño, eterno. Autoproclamados en la cima de la cadena evolutiva lloramos laxos cada vez que el suelo nos dice que no está bien. No somos nada, aunque parezcamos dioses, no somos más que hormigas sobre una hoja cruzando un río. Nada. Nuestro rencor, nuestra envidia, nuestra vileza de ser pequeño, nos empuja a querer dominar lo ingobernable y ese es el motor de la humanidad, el odio. Nadie lo quiere reconocer, por eso somos nada y menos que nada.
Ni más ni menos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que pena que tus palabras sean tan sumamente exactas y verídicas, una pena, pero si, somos una mini mota insignificante dentro de una partícula de lo más pequeño que pueda habitar en el cosmos o el universo dentro de una botella.
ResponderEliminarMagnifico como siempre
Besos
Pues si, pero por insignificantes que seamos, aqui tenemos que estar, así que más nos vale disfrutar.
ResponderEliminarUn saludo!
lamentablemente la naturaleza del ser humano es autodestructiva ... como el agente Smith dijo:-"los humanos van a un hábitat y se multiplican hasta que ya no quedan más recursos y tienen que marcharse a otra zona. Hay un organismo que hace exactamente lo mismo que el humano. ¿Sabe cuál es?. Un virus, si los humanos son un virus, son el cáncer de este planeta"
ResponderEliminary sabes estoy totalmente de acuerdo ..somos una plaga y como plaga ..debemos ser exterminados ..nada que hacer ...Michel
www.micheldeb.tk
www.lamalapoesia
Dice un amigo que últimamente no hago más que escribir de pollas. Y yo le digo que qué puedo hacer si es un tema de renovado interés para mí. Al César lo que es del César (siendo el César la mamada). Gracias por pasarte.
ResponderEliminarCreo que yo ya había estado por aquí en alguna ocasión. Pero te releo.
Un saludo.
somos una huella...
ResponderEliminarOye, estoy leyendo tu libro. Te digo algo de eso cuando lo acabe.
ResponderEliminarPor otra parte... Recibo con sumo gusto tu gargajo en mi pantalla, aunque esa cosa en concreto me tenga mosqueada.
La naturaleza no es sabia, ni es nada, no tiene finalidad, se tira un pedo y nos vamos todos a hecer puñetas, no nos podemos agarrar a nada, no nada nos sirve, todo bambolea como un moco de tísico, todo está a merced del viento amargo, de las brújulas malignas que señalan un norte de fuego, 7,6 de la escala de richter y ya está.
ResponderEliminarPero además si un cabron de turno o un imbecil con poder desconecta el cable nos dará a conocer nuestra fragilidad.
Salud
Francesc Cornadó