Dios se paró en el camino, miró a un lado y a otro. Se sacó la polla y comenzó a orinar, pronto aparecieron insectos de todo tipo a beber en aquel charco. Estaba en pleno éxtasis evacuatorio cuando alguien le tocó en el hombro. “No te da vergüenza, a tu edad”. “Precisamente por eso no me da vergüenza, capullo”. Habían quedado donde siempre, a la hora de siempre y los dos vestidos con elegantes trajes negros, sombrero, zapatos brillantes, etc. Dios un clavel blanco, el otro uno rojo.” Siempre fuiste un faltón”, dijo sonriendo. Dios, también sonriendo, le besó en la boca. Fue un beso por todo lo alto (ups) , ardiente (ups,ups). Allí no había nadie mirando, sólo los insectos y dos señores besándose como sólo se pueden besar los condenados al amor clandestino. Unos pocos encuentros en lugares secretos, cosas que nadie debe saber, cosas que nadie puede evitar.
¡¡Alabado sea el señor y también su amigo!!. Qué bien has descrito nuestra lucha interna entre lo que debemos y lo que queremos hacer, Esgarracolchas. Es así, inevitable, como le dice Otto Grosz a Carl Jung en "Un método peligroso": "...cuando pases por el oasis, párate a beber..."....aunque te cueste acarrear una mochila llena de falsa culpabilidad, añado yo.
ResponderEliminarkissesssssssssssssss.
Nosotros somos los insectos que beben en el oasis.
EliminarBesacos
Los políticos imitan a Dios. Se la sacan en el momento apropiado, nos mean y luego dicen que llueve.
EliminarSalud
No se puede explicar mejor. Un abrazo
EliminarMe ha encantado lo natural y diferente que es tu blog...............te mando
ResponderEliminaruna flor desde Miami
La recojo y muchas gracias. Un saludo
EliminarCosas que nadie puede evitar, cosas que nos delatan y nos definen exactamente tal y como somos. Gracias como siempre de billy TULLY, ya sabes...
ResponderEliminarUn abrazo pugilístico.
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