No me lo hagas decir, déjame
esconder mi cabeza en el agujero bajo la almohada. No intentes saber la verdad,
no te conviene, no la soportarás. Tu llanto y tu voz cambian a modo amable pero
no debo caer en la cálida trampa que tu pijama de osos me prepara. La
sinceridad es para los que aún se soportan. No lo diré, ni con un rifle
encañonando mi sien abriré la boca. Cobardía o diplomacia, sólo quiero
descansar. No necesitas saber más, sigamos viviendo como hasta ahora, cada uno
en sus deslices. Fingiremos ser la pareja ideal, como siempre, para siempre.
Pequeña pero sustanciosa :)
ResponderEliminarLa sinceridad es para los que aún se soportan.
ResponderEliminar¡Joder, qué gran verdad! (y a veces ni para esos, que la sinceridad es un arma mortífera)
Primer post que leo y me gusta, seguirè leyendo anteriores por que promete. Un saludo.
ResponderEliminar¿Terapia de pareja o terapia ocupacional?
ResponderEliminarAbrazo.
Ocurre, sin embargo, que no siempre podemos meter la cabeza debajo de la almohada, pues ahí tenemos guardado el revolver y resulta incómodo el frío de la culata junto a la oreja.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó