Cuando las chicas
no se quedaban a dormir
cuando el despertador
era un mazazo de soledad
Cuando el fuego
mataba mi estomago
cuando mi cabeza
olía a ginebra
Cuando me retorcía de dolor
cuando sufría sin llegar a
morir
porque no se muere nunca
pero se sufre tanto
Cuando el reloj
empujaba mi vida
sin piedad
alguna
Cuando mis ganas de gritar
atenazaban mi garganta
y mis lágrimas
se desperdigaban por el suelo
como un rosario roto
Cuando mi vida era una mierda
y mi cara una careta
Cuando no sabía qué hacer
y nada había claro
Cuando era demasiado joven
y demasiado imbécil
Cuando todo era frustración
y pelusas en los rincones
Cuando aún no era yo
Cuando sólo quería escapar
o morir
Cuando no sabía lo que tenía
Cuando todo cambiaba sin
parar
Cuando más me equivoque
y cuando más reí
Todos estamos perdidos
ése es el mal de nuestro
tiempo
No estás equivocado aunque podemos arrancarnos la máscara.
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