Noches de insomnia y mañanas de ermita.
La paliza te espera en el pasillo del lavabo. Niños en furia perdonando vidas.
La drogalización, nadie sabe hablar de otra cosa.
Niñas vendiendo mamadas por noches de tres días.
El malo es el rey, la mala la reina. Hospitales rebosando esquizofrénicos y casas calladas, tapando la mierda, siempre barriéndola hacia dentro. Aunque la mierda huele.
Sé de algo, tienes que estar en alguna lista.
Piensa como yo o en mi contra, nunca pienses por ti mismo.
Nadie es sincero, solo escoge tu pose, tus amigos, tu equipo de fútbol, tu partido político, tus drogas y tu música.
Escógelas o déjate tú escoger por ellas, por esas cosas que crees que te gustan. Una vez sean tuyas (o tu de ellas) jamás las cuestiones y defiéndelas hasta la muerte. Punto.
Si no sabes hablar, insulta y si no sabes insultar bien, grita y si no gritas lo suficiente, pega y si no eres lo suficientemente fuerte tienes a los amigos que escogiste, a los de tu equipo de fútbol, a los de tu partido político, tus drogas y tu música. En eso consiste tu vida.
Saliste del instituto donde eras el más listo y el peor, para entrar en la gran maquinaria y poder comprar un coche, un móvil, y farlopa. Los fines de semana para crecerte y comerte a bocados la cabeza que te dieron unos padres que no te importan. La vida es un tiro y tú eres la bala.
Pero no sueles pensar demasiado, y si alguna vez lo haces te sientas a esperar que se te pase.
Todo es diversión pero no te veo sonreír si no fumas porros, todo es diversión que te cuesta el dinero y que te costará muchas más cosas.
Ya no tienes ojos, ya no tienes cabeza, ya no tienes cuerpo, tus héroes están ahí y mueven mucho y tienen pistolas y tú serás como ellos y después lo dejarás cuando tengas suficiente y hallarás el amor. Nunca es suficiente, amigo.
Cualquier día te encontrarás en el mismo sitio que ahora con 20 años más, con una mujer que odias, con el mismo trabajo y con las mismas ganas de fiesta, con tu dinero que se esfuma en pequeñas bolsas y mirando a tus colegas de reojo para que no te den el palo.
La vida realmente es una bendición pero para ti, pedazo de gilipollas, es lo que te va a tocar hacer mientras vivas, vivir sin ganas.
Algún día te despertaras y verás que no eres el mejor en nada, que no eres especial que no eres nadie y que alguien lo tiene que pagar.
Contarás batallas de grandes cantidades, de fiestas interminables y poco más. La gracia se te irá terminando, creerás haber hecho algo en tu existencia por haber sido así, y los niñatos te escucharán igual que tu escuchas ahora a tus héroes.
Quizá todo resida en eso, en saber (o poder) escoger a los héroes.