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Una buena poesía. En centímetros

miércoles, 22 de diciembre de 2010

En casa

Por fin estamos en casa. Es algo tan comun, tan cotidiano. Llegar a casa.


Pero hoy no, hoy es un milagro estar en nuestro hogar. Hoy ha sido el dia en el que me he convertido en un heroe. Estamos a salvo y sin un rasguño, gracias a mí y a mis santos cojones. Y míranos, volviendo a nuestro apartamento como cada día después de trabajar, cerrar la puerta, dejar las llaves en el plato de las llaves, quitarnos el abrigo y los zapatos… Nadie diria que venimos de un intento de robo con secuestro y persecución. Lo mejor es que todo ha salido bien y he descubierto que soy todo un protector. Cuando vi que agarraban a mi mujer y la amenazaban con un cuchillo dejé de pensar. Cuando se subieron al coche con ella yo no dudé en robar otro y seguir a los secuestradores, ni dudé en embestirlos hasta sacarlos de la carretera y reducirlos a hostia limpia. No sé de donde han salido las fuerzas pero ahora estoy aquí con mi mujer y ella parece mirarme como cuando nos conocimos. Ha ido directa al dormitorio, creo que sé lo que quiere.

- Aquí está tu héroe cariño

- Cuanto miedo he pasado, si no llega ser por ti no se que habría pasado

- Bueno, solo hice lo que dictaba mi corazón.- Digo mientras me introduzco en la cama desnudo

- Eso quiere decir que me quieres mucho, ¿verdad?

- No puede significar otra cosa.- Le susurro al oído mientras la abrazo por detrás

- Yo también te quiero mucho

- Pues habrá que hacer algo para celebrarlo.- Una música dulzona empezaba a escucharse en mi cabeza mientras mi miembro se iba endureciendo al contacto con su piel

- ¡Eh, oye! Estate quieto que me duele la cabeza.- Dice mientras me da un manotazo

Alguien le acaba de dar una patada a la aguja del tocadiscos

- Pero, si acabo de salvarte de las garras de unos delincuentes

- Es igual, me duele la cabeza. Han sido unos momentos muy estresantes y no me apetece.

- Pero, joder. ¿Qué te cuesta? Mira como estoy ¡Te he salvado la vida, Joder!

- Me da igual, yo habría hecho lo mismo por ti y no te chantajearía con sexo

- Pero que me he jugado el pellejo porque te quiero mucho. Ni siquiera estaríamos aquí ahora y podría volver a pasar. Créeme ¿No es mejor aprovechar el momento?

- Que te he dicho que no. Siempre igual ¿Es que no piensas en otra cosa?

- No me lo puedo creer

- Venga cariño, no te enfades, dame un besito, nos dormimos y después ya veremos

- Te va a dar un besito tu puta madre. Después ya veremos, ¿qué? ¿Te piensas que soy un crío de 3 años?

- Oye no te pongas así que no es para tanto, simplemente no me apetece. Pero si tienes tantas ganas, no te preocupes. ¡Hala!, métemela y disfruta.

- Me cago en mi puta madre…

- …

- Me voy al sofá


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jueves, 9 de diciembre de 2010

Hombres

Las flores que crecen en todos los tugurios del mundo. Viven a oscuras y rodeados de líquido que los alimenta, como antes de salir del coño de su madre.





Hombres con rostro de piedra en el bar

Serios, agrietados

Bebiendo en el bar

Hombres con rostro de pirita

Con voz de acantilado

Beben sin reír

Casi sin hablar

Hombres puros, rígidos

Hombres de andares disimulativos

Tablones de madera por piernas en su retirada

Creen que nadie lo nota

Hombres que miran cuando la luz profana la puerta

Escudriñan los rayos de sol y vuelven a sus vasos

Hombres firmes

A cada trago más firmes



Hombres sabios

Hombres de mundo

Que no han ido más allá de su rincón

Llenan sus copas y opinan

Siempre opinan



Un hombre sin sonrisa detrás de la barra

Su corazón es de hierro

Su arma un trapo en el hombro

Su fusil

Su mirada no es amable

Tampoco su voz

Su discurso: “qué te pongo”

Si puede evitarlo lo hará



Nunca es del todo de día dentro del bar

Tampoco es del todo de noche

El lugar perdido entre la realidad y algún sueño olvidado

En los abisales de charcos espirituosos

Una trinchera de evasión

Su infierno líquido

Un paréntesis en la vida que hace mucho que se abrió

Y aún no se ha cerrado

Una herida que alimentar

Una llama eterna

Fuera: Todo lo demás

Dentro: El mundo entero



Vamos con “Hombres”. Un día estaba en un bar desayunando cuando de repente se escucho un golpe. Levanté la vista y vi una figura algo humana intentando levantarse del suelo. Se había caído del taburete y tenía la mirada como los peces del mercado. Era un parroquiano al que había visto muchas veces en la barra de aquel bar. Delgado, rostro arcilloso y un tercio en la mano. –Pero si sólo me he bebido un par de vasos de vino- dijo al aire. Lo levantamos entre dos y lo llevamos a su casa mientras intentaba decirnos que lo dejáramos tranquilo. Era la segunda vez que se caía en una semana. Lo dejamos en la puerta y el dueño del coche me acercó al trabajo. Más tarde me contó que cuando llegó de nuevo al bar ya estaba nuestro “Hombre” en su puesto.
Esta anécdota es la que me llevó a fabricar el poema en cuestión. Y sé de lo que hablo, ya que en ocasiones se me ha llegado a confundir con la decoración de algún local.
Al final todo reside en encontrar un sitio donde estar a gusto. Algunos tienen un hogar, otros un bar. Algunos tienen el deporte (maldigo), internet, otros las casas de putas, las partidas de cartas o un coche a toda velocidad en sentido contrario. En el fondo todo radica en encontrar un lugar donde sentirse arropado o respetado.

“Fuera: Todo lo demás”
“Dentro: El mundo entero”


Como dice la canción “La gente en la tasca parece más buena…”

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miércoles, 1 de diciembre de 2010

Puto Amor

Puta sólo es una palabra. Detrás puede existir la mejor mujer y el amor más grande.


Te quiero, puta

No te quiero santa

Te quiero puta

Eres buena pero puta

Eres puta y buena, mala puta

No cambies jamás

No cambies en tu puta vida

Puta te quiero…lo sabes

Sé tu misma, sé tú

Eres hija de este puto mundo

Eres como todo el mundo

Todos somos unos hijos de puta

Eres puta pero honrada

¿Qué más puedo decir de ti?

Te quiero por ser tan puta

Ahora dime

¿Cuánto (dinero) me quieres tú a mí?

Eres puta

Pero eres cariñosa

Eso es más de lo que se puede decir de tantas no-putas

Eres cariñosa, amor

Eso es más de lo que se puede decir de tantas putas sin oficio

Eres fiel

Al menos por un rato

Eres mía

Al menos este rato

Eso es más de lo que se puede decir de tantas no-putas

Vives de alquiler en un castillo con luces rojas

Sueñas con decorarlo algún día a tu gusto

Un árbol de navidad, cortinas, marido, hijos

Eres buena, puta

Tienes el corazón más grande del mundo

Qué más da que seas puta

Eso es más de lo que se puede decir de la mayoría de la gente

Te quiero puta, sabes que te quiero

¿En qué me convierte esto a mí?

En un putero

En un putero enamorado

Putero con novia puta

Putero enamorado de una sola MUJER

Eso es más de lo que se puede decir de tantos no-puteros

Qué más da que seas puta si te quiero

Qué más da que seas puta si me quieres

Qué más da que seas puta si sólo me pides dinero

El amor no pide disculpas



Me gustaría empezar por el final. “El amor no pide disculpas”. De esto va este poema, de amor a toda costa, a pesar del pasado; de amor en el más estricto sentido de la palabra, contra viento y marea, contra los demás. De eso va también este poema, de cómo nos encanta juzgar a los demás sin querer mirar nuestras propias desgracias. Alguien se enamora, es capaz de perdonar el peor de los oficios, le funciona y es feliz; pero nunca será como nosotros, no. Nosotros somos mucho mejores, nosotros vamos de putas y la puta no se viene a casa, porque en casa está nuestra mujer esperándonos. Nosotros somos mejores porque somos amas de casa o trabajadoras respetadas que hace años que no aguantamos a nuestra pareja. El mundo está lleno de buenas personas y de hijos de puta, pero todos deberíamos tener una segunda oportunidad.

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lunes, 29 de noviembre de 2010

Alzheimer

Alzheimer


Vivir del recuerdo sin recordar



El recuerdo anterior al recuerdo es lo único que sabes

Historias de cómo acabó la guerra

¿Quién será esta gente?

Dicen que me conocen

Que son mi familia, dicen

Estás tonta, creo que me dicen

Y yo pienso. “Si, estoy tonta pero sigo estando”

Por la noche acuestan mi cuerpo no sé si con hambre, no sé si con sueño

Por la mañana abro puertas sin saber que encontraré

Y de nuevo gente que me suena

Pero que ya no conozco satisface mis necesidades básicas

Entonces en mitad de algún día del cual ignoro su nombre

Alguien pronuncia una palabra y aparece en mi nevada cabeza

Una vieja historia de cuando la guerra acabó

En ese momento ya no estoy perdida

Ya no dudo

Ya no estoy asustada ni confusa

Me gusta esa historia, aunque no parezca sorprender a nadie

Nadie sonríe

Y de nuevo vuelven las sombras y las dudas a mi lado

¿Eres mi marido?

No suelo acertar

Soy tan mayor que quizá haya olvidado como despertar de los sueños









Lo mejor es empezar por el principio, un tío de principios. Los odio.

En fin, Alzheimer nació dentro de un avión. Esos trastos en los que te tienen atado durante, digamos, hora y media en este caso y en los que la imaginación intenta esquivar el hecho de que estás a nosecuantosmilmetros de altura con un posible esquizofrénico a los mandos. Sigamos; este poema está dedicado a mi abuela paterna.

Un día íbamos en el coche y me dijo: “Dicen que estoy tonta porque no me acuerdo de las cosas pero tengo 85 años, ya es bastante si estoy”.

Esta frase se me quedó clavada como un cristal debajo de la piel y salió en aquel trayecto aéreo.



“El recuerdo anterior al recuerdo”- Con este verso quiero reflejar como las personas que padecen esta enfermedad no recuerdan cosas a corto plazo, pero si datos antiguos que repiten y repiten. En el caso de la madre de mi padre es una historia del día que la guerra acabó y un piano que les fue robado.



Muchas veces cuando la miro intento saber en qué tinieblas se haya su cerebro. En Alzheimer trato de reproducir un posible momento de lucidez dentro de sus sombras, un momento que no puede ser del todo claro.



También quiero dejar traslucir como influye este tipo de degeneración del individuo en los que lo rodeamos (Me gusta esa historia, aunque no parezca sorprender a nadie /Nadie sonríe) y en cómo les afectan a ellos nuestras reacciones. Sin darnos cuenta, poco a poco vamos desnudando a la persona de su capacidad humana pensando que ya no es consciente de lo que ocurre a su alrededor. Es una dura prueba para todo el que esté implicado. Una de las más duras.

El último verso (Soy tan mayor que quizá haya olvidado como despertar de los sueños) viene a resumir lo que yo creo que deben sentir este tipo de enfermos. Yo lo imagino como ese momento en que despiertas a media noche y no sabes si estás dormido o despierto, o como cuando te emborrachas y después no sabes si realmente hiciste algo o lo has soñado. Algo así como perpetuar esos momentos de claroscuro donde la confusión es la sensación reina y donde nos sentimos realmente indefensos. No hace mucho (bastante después de haber escrito el texto) encontré a mi abuela deambulando por la casa en penumbra. Se acababa de levantar de la siesta y me preguntó si yo era real o si todavía dormía. Volver a afrontar el mundo con la ignorancia de un niño, ser el habitante de tus propios sueños; esa es la sensación que me produjo este encuentro.

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jueves, 25 de noviembre de 2010

Destripando Chapa

Ya han pasado unos meses desde que publiqué “Anatomía de Chapa” y creo que ha llegado el momento de explicar cómo nació o, mejor dicho, como llegó a hacerse libro. Se podría decir que lo que hoy es algo palpable no fue hecho para ser leído. Los que me conocéis sabéis que es así porque cuando os enterasteis pusisteis cara de “No jodas, Chema??????” pero bueno, mi padre siempre me lo ha dicho: “Eres impredecible, nene”.


A lo que vamos. A mi hace unos años me dio por ponerme a escribir. Muchos me han preguntado que cómo fue, que porqué sin nunca haber escrito nada de repente un día te pones a darle a las teclas.

He pensado mucho en ello y me he contestado muchas veces esa pregunta de maneras diferentes; maneras que no son otra cosa que piezas de un puzle en el que se puede leer la siguiente frase: “Porque por algún sitio tenía que reventar” (se le podría añadir un “…copón” o un “…cojones”. Lo dejo a vuestra elección).

Pues eso, yo empiezo a escribir hará unos 3 ó 4 años, cosas que en principio ni son poesía ni son nada. Son, simplemente, pensamientos que sobran dentro de mi cabeza. Cosas que en algún momento tenían que salir, cosas muy íntimas pero demasiado pesadas a veces, cosas que nunca enseñaré a nadie, secretos tal vez. Y yo no sé guardar un secreto, por lo tanto un día me hago una cuenta en Myspace y voy colgando cosillas arropado por el anonimato de la masa cibernética. Me sentía cómodo plasmando cosas en el ordenador, puedo decir que me divertía y que me divierto; así que sigo haciéndolo. Un día apareció un comentario, otro día otro y me voy animando.

Ha pasado un tiempo y tengo una serie de cosas que podrían ser poemas y tengo una novia que me anima.” Yo no soy escritor”, solía decir. También tengo un hermano que me dice que mola lo que hago.” Ya, pero yo no soy escritor”-les digo. Claro, es mi novia y es mi hermano, qué esperas chaval.

Total que un día durante una conversación sobre algo tan literario como los futbolistas, va mi novia y me dice que muchos buenos jugadores no llegan a nada porque no se lo creen y que eso pasa en otros ámbitos de la vida como en la literatura. Por supuesto, eso me toca los huevos. Decido entonces ponerme en contacto con una pequeña editorial de Albacete y de unas reflexiones íntimas escritas para no ser leídas pasamos a un pequeño libro de poemas. A partir de una idea mía, mi guapa prima Laura se curra la foto de la portada. La foto interior es de un día de cañas por Granada y hecha con el móvil, en la dedicatoria me he dejado a un montón de gente que espero sepa perdonarme y hay unos cuantos acentos que se echan en falta. Tíos, yo suspendía lengua, no le pidáis peras al olmo.

Lo que me gustaría aclarar (y para eso os he soltado todo este rollo) es que aunque tenga sus fallos, esta es la obra que quería hacer. Es decir, todos los poemas son pura sinceridad, puro yo. Por así decirlo, están hechos a partir del instinto, las tripas o los cojones. No entraré en valorar si son buenos o malos, porque esto es demasiado subjetivo. Además, ya lo dije antes, yo no soy escritor. Escribo por necesidades fisiológicas (amor, odio, humor, amistad, injusticia) y apenas soy un bebé en esto de las letras. Pero lo que siempre he tenido claro es que lo que escriba debe de tener alma, mi alma; aunque tenga que sacrificar formalidades en el camino. Bajo mi punto de vista un poema es algo tan subjetivo como el vino o la comida. Depende demasiado del individuo y del estado de ánimo. Muchos de vosotros me habéis transmitido que no entendéis ciertas cosas de las que escribo, pero que sin embargo os gustan. No creo que la poesía esté hecha para entenderse palabra por palabra o que se deba intentar saber al 100% lo que el autor quiere decir (y más si se conoce personalmente al autor). Yo diría que, más bien, hay que quedarse con lo que a ti te parece que quiere decir, lo que a uno evoca ese texto, lo que a cada uno nos parece que es. Un poema es un espejo, por lo que cada uno ve lo que tiene que ver.

Al ser algo extremadamente personal, creí necesario incluir una pequeña explicación (que tampoco se entiende-frase muy escuchada al respecto-) en el encabezamiento de cada poema, pero ni con esas.

Visto lo visto me parece correcto analizar alguno de los textos en el blog (los que yo crea convenientes, faltaría más) y ver si coincide con vuestra opinión. Lo que voy a intentar es explicar lo que me rodeaba cuando nació la idea o en qué me inspiré y cosas por el estilo. Porque aunque un poema sea un espejo algo de información al respecto nunca viene mal. Espero que os guste.

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Este obra está bajo una licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported.

martes, 9 de noviembre de 2010

La Historia del coño


La historia del coño es la historia del pelo, o contra el pelo. La suntuosidad de décadas anteriores ha dejado paso a la cuchilla y después al láser; arma definitiva contra la grama de entrepierna. La historia del coño es lo contrario a la historia de la cabeza. Donde en uno se busca lo terso de la piel despoblada en la otra es  búsqueda de tupido manto. El coño busca de limpieza, de claridad, de funcionalidad, acosta de la sombría alfombra  pilosa de antaño. Atrás quedaron aquellas indefinidas cavernas con su negritud (en muchos de los casos) donde difícilmente se podía discernir parte alguna de la que nos enseñaban  los libros de anatomía (¡Ay, aquellos libros de anatomía!). Muy atrás ya, los abnegados rizos en la boca por querer  saciar curiosidades, por querer mirar muy de cerca. Hoy todo es más aséptico, no sé si mejor, pero si menos opaco. Ya no se imagina un labio o un clítoris, ahora se ve, y una vez visto quizá, solo quizá, se pueda echar de menos cierto bosque  de tirabuzones, por lo bonito de imaginar. Antes una  equivocación a la hora de atacar la cavidad correcta era error común y perdonable, ahora no hay excusas. El que yerra es por afán.  Hoy día el pelo del coño simplemente ocupa un lugar decorativo donde dejar volar la imaginación, donde crear, posiblemente, arte. Nos es  trabajoso el coño, para que esté en perfecto estado de revista necesita horas de cuidados y acicales. Aunque  es cierto que, el ya nombrado laser, ha facilitado estos  menesteres el pelo del coño sigue siendo un irredento y por lo tanto necesita su dosis de mal trato. Llegados aquí surge una pregunta:¿ Se ha vuelto delicado el cliente, es más exigente hoy en día el consumidor de coño que antiguamente o ,simplemente, es moda pasajera que devolverá a los felpudos a su antigua jerarquía cuando la tiranía del rasurado llegue a su fin?. Sea como fuere,  la historia del coño es una historia de destierro, de crueldad, de tortura; una historia de objetos cortantes y ceras hirvientes, de tirones y escozor… de rebeldía. El pelo de coño, sobretodo, ha sido rebelde;  ha luchado contra toda herramienta  aun sabiendo que su lucha era inútil. El pelo del coño, dirán, que es un coñazo pero a mí me parece un héroe, un auténtico superviviente. Un caso de fe absoluta ante la aniquilación. La historia del coño es la historia del tesón.
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jueves, 21 de octubre de 2010

El Primo

El Primo es un tipo educado, delgado, más bien guapo. Tiene estudios universitarios y muchas madres lo invitarían a tomar café a sus casas, seguras de que su cubertería de plata no corre peligro. El Primo nos está contando una historia. Una noche salió de fiesta y lo pararon en un control de alcoholemia. El Primo es delgado, guapo y simpático, sobre todo si está de fiesta. Cuenta que, allí parado en la cola de coches, conoció a unas chicas. “Que si esto que si lo otro…” El Primo es simpático cuando toma cocaína.


Era un coche con unas cuantas chicas y si hubiese estado sólo, en su historia todas estarían buenísimas; pero como había más gente nos cuenta la verdad. Al final la gorda fue la única que le hizo caso, tanto caso que tuvo el detalle de chupársela mientras esperaban turno. Por hacer tiempo nos cuenta. Todos reímos. Después de los trámites con la policía, la llevó a su piso, en realidad todos fueron a su piso, pero ella era la única chica. El Primo no es un tipo demasiado normal en lo que a gustos sexuales se refiere. A veces tiene “problemas”. Nos dice que en su habitación la desnudó. Ella le dijo que si le gustaba su tatuaje:

- Me gusta mucho tu tigre

- En realidad es un gato, lo que pasa es que he cogido un par de kilos últimamente

Todos reímos.

La chica lleva sandalias y está muy sucia, - tíos, estaba realmente sucia- dice. Él empieza a chuparle los pies, esos pies tan sucios, centrándose bien en cada dedo. Eso es lo que le satisface. El término correcto es ripofilia, pero al Primo no le interesan demasiado este tipo de cosas. Nos explica como le gusta eso, nos explica como baja hasta el coño; un coño verdaderamente apestoso y gordo, dice. El Primo nos explica porqué le gusta comer coños, coños sucios. Dice que mientras lo hace aprovecha para restregar su polla (exactamente su capullo) contra las sábanas y que así consigue una buena erección; ya que, a veces, tiene problemas. Nos cuenta que se la folla y mientras lo hace huele sus sobacos adiposos y totalmente sudados, dice que le pasa la nariz y la lengua por debajo de las tetas, por el culo, por sus negros talones y que se corre -me corrí muy bien-dice.

Ya nadie ríe, nadie habla. En la habitación sólo está la risa floja del Primo mientras recuerda.

El Primo es un tipo delgado, guapo, bien vestido y educado. Un chico al que las madres adoran, madres a las que no les importaría tenerlo como yerno.

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lunes, 4 de octubre de 2010

Edén

Tengo un pequeño paraíso donde los días caminan sedados por las paredes y donde mis abogados no permiten pasar  al sol. Entre sombras y bolas de papel plata crece mi barba como la hierba en primavera, debo parecerme a Adán, supongo. Mi árbol de la ciencia hace semanas que se secó y Eva ya nunca llama. De las bestias sólo quedan cucarachas, moscas y mosquitos. Suficiente para mí. De vez en cuando busco el móvil de Dios para asustar a los demonios con sus benditos gramos. Sólo escucha  cuando hay dinero,  de nada sirven mis plegarias y creo que le importa muy poco si voy  al cielo o al infierno. Mi paraíso es  salvaje y todo brota en sus rincones, tiene vida propia, tiene todo mi amor. Y cuando inhalo los frutos que los ángeles me traen en motocicletas trucadas, tiene todos los colores y huele a tierra mojada  en verano. Es maravilloso mi paraíso y es especial. Hay días no muy buenos, en los que no tengo querubines que vender  entonces grito a mi padre que se apiade de mi alma. No suele ser muy clemente, simplemente hace una llamada y me manda a alguien vestido de negro con el que debo ser amable. Después de un rato se larga habiendo esparcido su albina y pegajosa fe sobre mi cuerpo. No hay problema, es el alquiler que debo pagar para que mi Edén sea tan mío como siempre. 
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martes, 21 de septiembre de 2010

El Ring

PUTO TARADO-
           Tengo sangre en la boca, siiii. Eso es peleemos un poco más, aún me quedan dientes y sabes que no pararé.Vamos mírame, ¿esto es todo? No, seguro que no. Tú puedes dar un poco más y yo todavía puedo encajar. Hagamos historia.
Sólo duelen los primeros 200 golpes, lo demás es mero trámite, papeleo hasta el ataúd.
¿Qué me dicen esos ojos?, ¿quizá miedo?, ¿incertidumbre tal vez?, ¿deseas que me rinda? No lo entiendes ¿verdad? Si un hombre lo ha perdido todo sólo hay algo que puede hacer: morir. Y eso, amigo, es lo que hace que se mueva este puto planeta. Cuando un hombre está decidido a palmar se convierte en algo peligroso, en algo sin miedo, en algo...poderoso. Ahora eres tú mi soga, el arma homicida. Imbécil, te estoy utilizando. Tendrás que acabar el trabajo, así que borra esa cara de idiota y haz lo que has venido a hacer.
Estás ante un tipo en punto y final, ¿crees que espero algo de la vida? No, para mí todo está acabado, y no me estoy refiriendo a triunfar, me estoy refiriendo a tocar fondo. Soy alguien que está completamente seguro de que no le quedan más cosas que perder; en el momento que aprendes esto, sencillamente debes coger tu sombrero y buscar una despedida a lo grande. Nada más, ¿y ahora tú no quieres seguir peleando? Lo siento pero no. En el camino hacia la tumba no existen áreas de descanso, ni hermosas camareras sirviéndote tarta mientras te ponen cachondo con pícaras sonrisas. De este ring saldré vencedor, aunque sólo sea por una vez, aunque sea con los pies por delante o en hombros, ganaré. De una forma u otra yo soy el que se lleva la mano esta vez.



PRINGAO-
            ¿De qué coño te ríes Hijo de Puta?, ¿no ves que te estoy matando? Pega de una puta vez y acabemos esto. Todo el mundo sabe que eres un puto suicida y han apostado por tu muerte, todos menos uno. Más vale que ese tío salga con los bolsillos más llenos que cuando entró, porque si no, mi familia y yo dormiremos con los peces esta noche y te aseguro que eso no va a pasar. Cuando a un hombre le toca defender a los suyos nada lo puede detener y tú sólo eres un jodido loco. Carga una vez más tu puño, todos se lo han tragado. Saca fuerzas para un último golpe y todo habrá acabado, tú ganas esta pelea y yo gano mi pellejo y el de los míos.



PUTO JEFE-
             No pensaba que este tío fuera tan bueno, me ha engañado hasta a mi, justo cuando parecía que lo iba a ajusticiar le dejó pasar un golpe… y que golpe. Jamás pensé que un puño pudiera girar un cuello de esa manera. Es irónico que el billete de tu salvación sea el que acaba contigo. Podríamos llamarlo el “tongo perfecto”. Lástima que a estos eventos no podamos traer cámaras. Tener un recuerdo de un trabajo bien hecho siempre es bonito. Sólo falta un último nudo que hacer y a disfrutar de la pasta. Una llamadita a los familiares de la mujer del puto tarado y a recoger su bolsa. En el fondo me da un poco de pena ese pobre infeliz y más sabiendo que su mujer y su hija no murieron por su culpa, como todos piensan. En fin, ley de vida; para que algunos vivamos bien otros tienen que morir y mejor que sea un jodido perdedor que a nadie importa.

- Trae mi sombrero y algo de cambio que hoy nos vamos a despedir como Dios manda

- Ahora mismo señor.



Fin.


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lunes, 13 de septiembre de 2010

La Pava

Tengo 85 años y esta es mi historia. Todo el mundo tiene una vida, buena o mala, larga o corta. La mía, cerca ya de su final he decidido echarla al saco de las buenas vidas. No todo el mundo dirá lo mismo cuando les pregunten; quizá muchos digan “No llevó buena vida”, pero al fin y al cabo he sido yo el que la ha gozado y padecido. La mayoría de los que me han conocido tampoco dirán de mí que soy buena persona pero, como todo, tiene su explicación. Yo fui un niño feliz pero dicen que los jóvenes son como los árboles: si se tuercen es difícil volverlos a enderezar. Yo tenía 13 apestosos y pilosos años cuando me torcí. Mi historia comienza cuando con trece años tuve la mala suerte de hartarme de follar.




Yo vivía en un pequeño pueblo con mi familia, éramos gente normal y corriente, trabajadores del campo que veían pasar sus días en jornales de sol a sol. La vida era dura en aquellos años, pero también los lazos humanos eran fuertes. Las puertas estaban siempre abiertas y los vecinos nos visitábamos constantemente. Mi madre y una vecina viuda eran íntimas amigas y ella siempre estaba en mi casa y viceversa.

Yo, al ser el pequeño, pasé muchas tardes participando de las eternas charlas entre ellas. A veces mi madre me mandaba a casa de la viuda para hacerle compañía. Es aquí cuando comenzó todo.

Una mujer viuda con sus necesidades y yo un chico joven con las mías. Ocurrió lo que tenía que ocurrir. A partir de mi conocimiento de las mieles que proporcionaban las generosas carnes de mi vecina y el propio despertar de mi cuerpo a la pura lascivia, se comenzó a gestar mi desdicha. Las visitas cada vez se fueron haciendo más constantes y dilatadas. Yo no podía reprimir mi instinto pubertoso y eréctil ni ella la fogosidad descubierta y tempranamente truncada con la muerte de su marido. Lo hacíamos constantemente, en cualquier parte y yo aparecía en el espejo cada vez más pálido. Mi madre comenzó a asustarse porque me veía, día a día, con menos salud y aunque comía estupendamente, mis ojeras no paraban de crecer. Más de una vez pasó por mi frente la idea de acabar mis días igual de maltrecho que el consorte de nuestra amada y amante vecina. Se decía que había muerto de fiebres, pero lo que la gente no sabía era de quien eran las calenturas que ocasionaron el fatal desenlace. Yo comenzaba a hacerme una idea de la peligrosidad de la poblada entrepierna de mi oronda amante. Peligro adictivo, atrayente, y de pastosa fragancia del cual no podía apartar todo mi revolucionado cuerpo. Cualquier excusa era buena para acercarme a casa de la vecina, al menos cuatro o cinco veces al día.

Luego estaba Dios, el pecar y el infierno. Ese debate interior no me llevó mucho tiempo resolverlo. Simplemente acepté que polla dura no cree en Dios.



En un principio me escapaba por las noches y pasaba gran parte de esta entre los brazos y las piernas de mi princesa, pero después no fue suficiente para ninguno de los dos y nos volvimos descuidados. Mi madre, que no era tonta, empezó a sospechar. Hasta que un día todo se fue a la mierda.

Una siesta, cuando todos dormían, yo me escabullí como tantas y tantas tardes, pero esa vez mi madre me siguió. Cuando entré en la casa, mi amada me esperaba vestida únicamente con un camisón. Yo inmediatamente me percaté de su olor a mujer y en cuestión de segundos mi polla se expreso como una gran admiradora de aquella lujuriosa postal. Le levanté el camisón dejando al aire su enorme culo y la apoyé contra la pared mientras procedía a la penetración. En tal batalla de pieles y flujos nos encontrábamos cuando noté que me agarraban de una oreja y entre voces y hostias me separaban de aquel gelatinoso y acogedor trasero. Mi madre me sacó de la casa cubierto de improperios y guantazos mientras yo me ponía los pantalones torpemente. Las dos mujeres se quedaron dentro de la casa hablando y yo, por mucho que lo intenté, no pude oir nada. Al cabo de unos minutos salió mi madre muy serena y los dos nos dirigimos a casa sin decirnos una palabra. Cuando entramos me cogió del brazo y me dijo que nunca más me acercara a esa casa si no quería que le contase a mi padre lo ocurrido. Yo asentí sin levantar la cabeza pero también con la completa seguridad de que no iba a ser capaz de cumplir lo prometido. Claro que, como ya he dicho, mi madre no era tonta y sabía que quien tenía que desaparecer de la escena no era yo, sino la viuda. Al cabo de dos días se fue a vivir a la ciudad con unos familiares y nunca más volví a verla.



Al principio casi ni me enteré de lo que mi madre había hecho conmigo. Mis sensaciones, tengo que aclarar, no tenían nada que ver con el amor. Yo no sentía ningún tipo de apego a esa dama que no estuviera primariamente relacionado con el acto físico. Con follar, vamos. Por lo que, hasta que no pasaron unos días mi cuerpo no empezó a manifestar el síndrome de abstinencia al que me había abocado mi señora madre. Era mucho peor que la castración, ya que, a diferencia de los eunucos, a mi no se me había privado de las ganas de follar sino del objeto del deseo. Me habían arrebatado la tarta después de hacérmela probar. Cuánto me unía a mi hermosa viuda, cuánto entendía ahora su fogosidad y sus ganas de continuar lo que dejó sin acabar un frágil marido. Era absolutamente cruel robar algo tan hermoso y placentero a cualquier persona, dónde estaba la justicia. Desde luego allí no.

Cuando mi cuerpo comprendió que aquello no volvería a ser como antes, empezó a mostrar su insatisfacción con constantes erecciones. Yo me masturbaba incesantemente, indecentemente y promiscuamente. Abusaba de mi cuerpo pensando en los vecinos que ahora estarían disfrutando de mi viuda y soñaba que aparecía en su casa y volvíamos a revolcarnos en un escenario urbano lejos del olor de las cuadras.

Esto me aplaco por un tiempo, pero no era lo mismo. Decididamente entrar en los jardines del sexo opuesto me había jodido la vida. No podía pensar en otra cosa, que no fuese carne turgente. Lo más prohibido de aquellos tempranos años 50. Yo ya no miraba a las mujeres como antes, todas eran para mí súcubos tentándome sin piedad. No tenían que ser necesariamente hermosas, mi viuda tampoco lo era. Hasta en las ancianas veía hembras insaciables que me provocaban. Ni siquiera podía salir a la calle porque en cualquier momento mi virilidad se tornaba evidente al cruzarme con cualquier hembra, ya no digamos dirigirles la palabra.



Una tarde durante la siesta, (ese era el peor momento del día, porque era cuando mas había pecado) no pude aguantar más y bajé al corral donde teníamos a los animales. Sin saber muy bien lo que me había llevado hasta allí abrí la puerta y me acerqué a una pava que mi madre tenía atada en la entrada. Entonces lo entendí todo porque una terrible rigidez se hizo patente en aquel preciso instante. Necesitaba follar urgentemente y la pava me estaba mirando tan cariñosamente que no la podía defraudar. Estaba a punto de abordar al animal cuando tuve un momento de lucidez. “Espera un momento, ¿que es lo que estas haciendo?”. La cordura parecía no querer abandonarme del todo e intentaba aparecerse como un ángel en mi hombro o eso creía yo. “¿con la de gallinas que hay aquí te vas quedar con la pava que es sin duda la más fea? Sería algo estúpido pudiendo elegir”. Así que me dispuse a buscar entre las aves pero ninguna me despertaba lo necesario para dejarme llevar por mis demonios; hasta que la vi.

Altiva y hermosa, destacaba entre las demás como si su linaje fuera de sangre azul. Una gallina blanca que podría competir en belleza con cualquiera de las artistas que venían a las verbenas en las fiestas. Era ligera a la vez que robusta, parecía hecha de gasa y mis ojos no podían dejar de mirarla. Sin pensármelo dos veces me dirigí a dar caza a la que bien podía ser el amor de mi vida, pero era veloz y lista, prácticamente perfecta. Mientras la perseguía volví a notar como mi ingle latía con fruición. Seguí un rato detrás de la gallina hasta que se escondió debajo de unas tablas donde yo no podía llegar. Exhausto, cabreado y empalmado miré un momento a la pava y sabiendo que la otra pieza estaba perdida me dije: “tu lo vas a pagar el pato”. Ojalá hubiese tenido patos.



No diré que fue como los polvos que echaba con la buena de mi vecina. No lo diré porque no sería cierto, pero tengo que admitir que me satisfizo más que las pajas con las que me machacaba antes de conocer la posibilidad del sexo animal. Fue como algo intermedio entre el onanismo y follar con una hembra de mi especie, algo que recomiendo a todo aquel que se encuentre alguna vez en mi misma situación.

Todos los días bajaba a la hora de la siesta en busca de mi gallina blanca y todos los días acababa follándome a la pava; aunque yo en quien pensaba era en mi gallinita y en que algún día le daría caza y podríamos gozar de una tarde de amor como lo hacia con su sucedánea. Se podría pensar en infidelidad, pero cuánta gente hace todas las noches lo mismo, cuánta gente se acuesta con sus parientas y parientes pensando que está con otra persona. No me pareció que el acto fuese del todo grave.

Una tarde fui a cumplir con mi deber de hombre y me encontré con que la cuerda estaba cortada y mi fiel compañera no estaba. Pensé en que se habría escapado. “todas mis amantes terminan por desaparecer”.- Me dije melodramáticamente y me dispuse a ir al cortejo de mi gallina y que, por supuesto, no culminé. Derrotado y cachondo me fui a mi habitación y me masturbé, pero ya no pensaba en mi viuda, ni siquiera en mi gallina. Aquella tarde me la casqué pensando en mi pava fiel y huida. Supongo que es cierto eso que dicen de que el roce hace el cariño.

Cuando me desperté era de noche y la voz de mi madre rugía para que fuese a cenar. Me enjugué un poco los ojos y me dirigí al patio donde se cenaba en verano. La mesa estaba puesta y delante de mi sitio había un generoso muslo con patatas. “¿De que es este muslo tan grande, madre?- Pregunté. La respuesta me quitó el apetito y alegué un dolor de estomago que en realidad apareció en el instante en que su boca dijo:”de pavo”. Aquella noche me libré de comer, pero no me libré de permanecer sentado en la mesa mientras veía como toda mi familia masticaba a la que había sido mi amante, tan discreta, tan complaciente. Sentía como una parte de mi desaparecía esófago abajo entre mis familiares. Veía como mi descendencia, mi prole se dirigía hacia los estómagos de toda mi familia y oía gritar a mis pequeños espermatozoides incrustados, infiltrados entre las fibras musculares de mi gran amante de la que nunca supe su nombre. Oía celebrar a mi parentela lo bien que se había criado aquella pava y lo bien alimentada que estaba. No podían hacerse una idea. Así que entre asco, pena y risa pasé aquella cena de muerte y degustación del amor. Grotesca poesía la que nos proporciona a veces la vida.

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viernes, 3 de septiembre de 2010

Los Borbones

Entre tanta y tanta y tanta bazofia postural sin ningún tipo de materia, se encuentra esta defecación de pseudo humanoides. Lo que se llama hacer lo que te mandan los genitales. Algún día tendrán su recompensa.



lunes, 23 de agosto de 2010

Padres

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia


- Y una mierda, anda pasa


- Ya lo verás…

- Pon dos cubalibres Nene

- Que sepas que eso es así

- Y yo te digo que no

- Tú no lo quieres ver pero mi hijo le mete mano a tu hija, ponme un trozo de limón

- Tu hijo dice… pero si es marica

- A que te parto la cara

- Maricón perdio

- Pues si será pero a tu cría se la calza que lo se yo

- Al tuyo le van los rabos

- Y a la tuya

- No me jodas que mi hija es una santa como su madre, bueno como su madre no

- Nene, pon otros. Pues eso que se la folla vamos

- Mira si tu hijo no fuese tan maricón, que lo es, quizá podría pretender tirarse a mi hija pero la que se lo fallaría seria ella

- Oye que mi chico es muy macho

- Y mi hija muy puta

- Si aquí folla alguien ese es mi crío y la follada es la tuya

- Porque tú lo digas, menuda es mi cría. Pon otros dos. Además de tal palo tal astilla

- ¿Qué me quieres decir?

- Pues eso, ¿qué le puedes haber enseñado tú?

- Oye que yo estaba hecho un follarín, pregúntale a mi mujer

- A las mujeres no las mezclemos en esto que esta es una discusión de hombres. Pon otros

- En eso llevas razón, pero que sepas que yo era la hostia follando y mi chico igual. Que coño, mejor

- Yo si que era un folliscas contrastado y por lo tanto mi chica más y si no su madre

- No has dicho que las mujeres al margen

- Llevas razón, oye Nene, donde está tu tío

- Pues supongo que en casa con su novio

- Joer, ya no pisa la calle. Fue salir del armario y formalizarse

- ¿Y tu padre? Hace un montón que no lo veo

- Está en el bingo con mi madre

- En fin, como pasa el tiempo, pon otros y te cobras

- A ver… Ummm. 600€

- ¡Coño han bajado!

- Si es que ya nadie bebe cubatas, sólo los viejos como vosotros. Desde que legalizaron las drogas la gente va de éxtasis líquido y de otras mierdas sintéticas.

- A lo que hemos llegado, con lo buenos y fresquitos que están.

- Escucha cámbiame 100€ para tabaco

- Pero si tú no fumas

- Ya coño pero es por joder.

- Mira como a tu hija, también se la van a joder

- Si, pero no será la maricona de tu hijo

- Pues mira, si. So listo, que los he visto en el coche de mi hijo

- Irán al cine

- Claro a la película esa en la que mi hijo se folla a tu hija

- Y en la que mi hija le mete un consolador por el culo al tuyo

- Sabes que eso no es pecado

- En el mundo metro sexual y gay en el que tú vives no

- Nos vamos a ir yendo que nos van a echar la bronca las señoras

- Lo que yo te diga bujarra como su hijo

- Tu serás muy machote pero cuando estas delante de la parienta se te ven los calzonazos a la legua

- Bueno, como a todos. Ni más ni menos

- En eso llevas razón, igual que yo llevo razón en que a tu hija le están metiendo carne por un tubo

- Ya nadie dice “por un tubo”, ¿a que no Nene?

- No, ya nadie lo dice

- A la mierda los dos

- Ya va pedo

- Tampoco dice nadie “Va pedo”

- Hostiaaaaaaa

- Hostia todavía se dice

- Vámonos que este es igual de tocopelotas que su padre

- Hablando de tocar pelotas tu hijo tiene que tener un buen par en su boca

- Debe ser tu hija la que se las esta dejando bien limpias a mi niño

- La verdad es que el porno de vuestra juventud ha hecho estragos, estáis hechos una mierda los dos

- Igual que su padre y su tío

- Seguro que ese si que ha cenado pelotas esta noche.

- Hala, id a darle por culo a vuestras señoras que tengo que cerrar

- Eso habrá sido el postre para tu tío. Lo del culo, digo

- Venga que hace ya un buen rato que me ha mandado tu hija un mensaje preguntando cuanto os quedaba

- ¿Y qué le has dicho?

- Que ya habías comprado el paquete de tabaco… una media hora

- Joer, el año que viene vamos a otro bar. Por lo menos corrobora que ni niña no esta por ahí con ningún impresentable

- Pero si tu hija y su hijo viven juntos desde hace un año, mira que os gusta discutir

- Es este que me pica con lo de que mi hijo es marica

- Hombre es que viéndote a ti no puede ser otra cosa

- Pues viéndote a ti no se como tu hija no se ha hecho amante de las cabras o jugadora de baloncesto

- El baloncesto tiene la culpa de todo

- Está claro

- Vale, ya que los señores parecen estar de acuerdo en algo esta noche, serian tan amables de abandonar el local de un puta vez

- ¿Te acuerdas cuando decían: “Cubalibres gratis en la Komité” para echarnos?

- ¡¡¡Que os larguéis, coño!!!

- Joder que genio, eso es de la madre

- Eso parece

- Dale recuerdos a tu padre y al maricón de tu tío cuando los veas

- Eso y a su novio

- Seguro que te lo has tirado

- Anda camina que se te va a perder la dentadura postiza de tantas gilipolleces como dices.

- Venga no te mosquees que sabes que tu chico me cae bien, aunque pierda aceite

- Tu nena a mi tampoco me cae mal aunque sea mas mala que la quina y mas borde que vergel

- Eso es por parte de madre ya lo sabes

- Si, ya lo se. Lo de borderline es tuyo

- En fin que le vamos a hacer, mañana nos vemos en casa de los críos

- Allí estaremos viendo la cara de tontos que tienen los dos

- Hasta mañana reinona

- Hasta mañana oligofrénico

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martes, 20 de julio de 2010

Desconocidos

-Vamos, sé que te gusto


-No, no me gustas. De hecho creo que jamás había sentido tanto odio por alguien a quien acabo de conocer.

- No es cierto, sabes que soy tu media naranja

- Tú lo flipas, ¡si tienes 50 años y chocheas!. ¿Pero tú te has mirado a un espejo en los últimos 30 años?

- Te haces la dura pero a mi no me engañas

- Claro, claro… Hazme un favor, cierra tu puta bocaza que me estas apestando de senectud

- No se que significa senectud, pero seguro que es algo sexy

- Madre mía además de guapo, culto

- Veo que nos vamos entendiendo

- E inteligente. Pura ironía.

- Has caído en mis redes muñeca. No puedes resistirte

-¿Muñeca?

- Si eso es, sabes reconocer a un macho cuando lo tienes delante

-¿Muñeca?

- ¿Porque no nos bajamos en la siguiente parada y vamos a tomar algo?

- ¿Y por que no os vais a tomar por culo tu y tu gilipollismo de Sinatra barato?

- Ouuu, la gatita saca las uñas. Así me gusta, salvaje.

-….

- Es extraño pero creo que…. No, no puede ser.

- Que te ocurre nena, estoy a punto de pedirte matrimonio. Se buena conmigo.

- No puede ser cierto.

- Venga no me hagas sufrir y vente a tomar una copa con papaíto.

- ¿Y por que no mejor echamos un polvo? Por alguna extraña razón que no llego a comprender, me has puesto a cien. Estoy empezando a estar muy cachonda

- Ouuuu, ¡lo sabia joder! Sabia que eras una guarra.

- No sabes cuanto. Vamos

Se dirigieron a unos aseos públicos, él entró primero ella después.

Una vez dentro, ella se cercioró de que no había nadie mirando en cada uno de los habitáculos y eligió el más asqueroso. Él no paraba de tocarse su patética polla con desesperación en busca de una erección que fuese lo suficientemente satisfactoria.”Entra”.- Dijo ella tajante. El retrete estaba atascado y la suciedad llegaba hasta el borde la taza, donde flotaban enormes trozos de mierda. También el suelo estaba lleno de mierda y meados que habían rebosado. “Pero nena, como quieres que aquí…”.- Es lo que le dio tiempo a decir antes de recibir un golpe en la boca que lo hizo caer de cabeza dentro del cagadero. Después de ingerir un buen trago de aquel líquido pestilente sacó la cabeza mientras se le adherían a la cara los cagarros más blandos y trozos de celulosa. Intentó levantarse, pero unas manos enfundadas en unos guantes de látex lo esposaron a la tubería. Intentó gritar, pero de nuevo una mano viril le introdujo la cabeza dentro del sanitario. Pasados unos segundos la mano aflojó un poco su presión y apareció una boca necesitada de aire pero, en lugar de eso, encontró un coqueto tanga y unas palabras que le aplacaron las ganas de gritar. “Si gritas otra vez no volverás a sacar la cabeza de ese water nunca más”.- Dijo dulcemente, mientras desabrochaba el pantalón del viejo seductor. “No, por favor”.- Balbuceó”. “¿No era esto exactamente lo que tenias pensado?, Yo diría más bien que en este instante te encantaría estar en mi lugar, pero no siempre se puede ganar. Por lo visto eres tú el que no sabe reconocer un macho cuando lo tiene delante. Es increíble ¿No crees?. En realidad suelo hacer estas cosas por dinero. Así me gano yo la vida, pero hoy haré una excepción. Me has puesto tan caliente cariño”.- Dijo mientras cubría con un condón su imponente miembro.

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viernes, 9 de julio de 2010

La Visita

A medio día he visto las heridas que deja una pelea con la muerte.


Un cuerpo enorme postrado en una cama y rodeado de buenas palabras mojadas en sonrisas forzadas.

Brazos amoratados terminados en muñones, o casi, porque de repente han aparecido dedos, o casi porque no he podido ver las uñas.

Quizá la guadaña los cercenó por la última falange

Enfado de no querer marchar.

Siempre has sido muy terca, incluso para morirte.

No hay nada, por eso luchas.

No estás segura de que lo que te dijeron de una vida mejor vaya a ser verdad o ,tal vez, algún viejo secreto te hace temer al infierno.

Lo cierto es que no te llevarán así como así, con solo mirarte lo se.

Tu rostro está ya maquillado de cera.

Lista estabas para la mortaja, mas algo no te gustó y decidiste largarte de allí con una altivez que has arrastrado a este lecho.

Estás preparada, en guardia.

Sabes que vendrán de nuevo, por eso los músculos de tu cara no se relajan.

No puedes vencer, nadie puede.

Pero les costará, eso lo saben todos los que te conocen.

Chisporrotean a tu alrededor pequeños demonios, emisarios de la nada, exploradores a sueldo de la desaparición.

Bailan a tu alrededor esperando tu flaqueza.

Claro que estás enfadada.

Dicen que en el hospital han llamado a tu habitación la de los milagros.

Pero qué sabrán ellos, lo único que te mantiene no son tus ganas de vivir sino tu terquedad por no morir.

Jamás hiciste nada que no quisieras y no vas a empezar ahora.

Esta es una batalla al mar.

Ya has derrotado a una ola, a dos… El final todo el mundo lo sabe.

Un ataúd y un paseo entre cipreses.

A medio día – mi padre y yo- hemos visto que nos pasa antes de salir de la vida.

Después hemos comido y yo he descansado en una agradable siesta.

Mi padre no ha podido dormir.

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sábado, 3 de julio de 2010

Entrevista Punto Radio

Parece claro que mi futuro no teje por donde las ondas y los micrófonos bailan. Pero bueno, aquí está esta pequeña entrevista que me hicieron en una radio local.

Entrevista Punto Radio

jueves, 24 de junio de 2010

Descargar Anatomía de Chapa

Ya os pedeis descargar mi libro "Anatomia de Chapa" desde el enlace que aparece en el blog. Lo dicho, el que lo quiera en papel que se ponga en contacto conmigo. Un saludo

DESCARGAR ANATOMÍA DE CHAPA

martes, 22 de junio de 2010

La Francés

Empezamos a beber cuba litros de Vodka con naranja, era puta mierda pero también era lo único que no te mataba del todo, y que cojones, con 20 años puedes beber ácido de batería o incluso chupitos sin morir. Yo llevaba puesta una camiseta con una Anarquía y desde que entramos a nuestro medio palacio empecé a cantar y a dar saltos. La culpa era de Oscar, no paraba de pinchar a Siniestro, Ilegales, Los Enemigos, Parálisis Permanente, La Polla, Kortatu… Parecía que había estado mirando dentro de mi caja de cintas aquella misma tarde. Había una chica, a la que le sorprendió que conociera todas y cada una de las canciones y que cantase todas y cada una de las canciones y que me bebiese todos y cada uno de los cuba litros que llegaban a mis manos. Vamos que creo que la sorprendí. Cuando llegó el momento de cerrar nos despedimos de Oscar y Lola y decidimos (decidieron) que fuésemos a una discoteca: Arena. A mi no me gustaban las discotecas pero tampoco me podía ir a dormir. Una vez en la calle, se me acercó la chica sorprendida y me dijo que como era posible que conociese todas aquellas canciones, “bueno las he escuchado mucho, supongo”. Era delgada y bastante guapa, llevaba puesto un vestido largo de punto ajustado de color gris y resaltaba sus fantásticas tetas. Estaba acompañando a una amiga de clase, ambas eran de Cheste. Alguien trajo un coche y nos metimos los 6 o 7 que estábamos, ella se subió encima de mí. Durante el trayecto me contó que estaba estudiando en Francia y que había venido para el verano. Estudiaba Filosofía o filología o algún tipo de mierda relacionada con las letras, nada que me interesara demasiado en aquel momento. Llegamos a la discoteca y aparcamos a tomar por culo de la puerta. Bajamos del coche mientras seguíamos hablando. Había visto mi camiseta de anarquía y empezó a hablarme de Camus, de Sartre y de unos rollos que yo no entendía, iba algo borracha y me confeso que ella no solía beber. Llegó un momento en que nos dimos cuenta que nos habíamos separado del resto y que además estábamos lejos de la discoteca, en evidencia nos enrollamos. El calentón era considerable, por lo que propuse que nos fuéramos a mi habitación en la residencia de estudiantes. Yo tenía un plan. Cogimos un taxi (creo haber dicho ya que no tenia un puto duro por lo que pagó ella) y llegamos al Jaime I. Allí no dejaban entrar chicas por la noche y había un portero que dormía en la entrada. “Espera aquí un momento” le dije. Llame al timbre: “buenas noches/buenas noches”. Subí los escalones de 5 en 5 y me dirigí a la primera habitación que encontré. Nadie. ¡Joder! Fui entrando en todas las habitaciones sin éxito. Estaba todo el mundo de fiesta. “No puede ser, mierda”. Cuando estaba a punto de rendirme, me acerque a la triple y allí encontré a Carlitos. Dormía. Me acerque a el y le dije, “tío, necesito que vayas a la cocina y rompas algo para que pase a una tía que me esta esperando en la puerta”. Su respuesta fue tan ininteligible como poco satisfactoria. HIJO DE PUTA DESPIERTA QUE TENGO UNA TÍA MÁS CALIENTE QUE LA PUERTA DEL INFIERNO ESPERÁNDOME. Respuesta: balbuceos… vino… mucho… no bebo mas…cabrón…un pedo. Aproveché la ocasión para darle un par de hostias que nunca vienen mal y que seguramente merecía. Una vez sosegado decidí intentarlo yo mismo. Baje sigilosamente las escaleras y llegue hasta la puerta de entrada, abrí y llame a la francesa. Todo iba sobre ruedas, hasta que entró en el recibidor y sus tacones empezaron a resonar como nunca antes habían resonado unos zapatos. “Mierda”. Llegamos hasta la escalera justo antes de escuchar la voz del portero. “No te pares”, le dije. Pero aquellos tacones iban destrozando con sus voces todo mi plan B. El silencio era mi plan B, nada mas alejado de aquellos zapatos caros, zapatos seguramente muy franceses. Nos atrapó en el tercer piso y nos saco a la puta calle. “Mataré a Carlitos, lo juro, aunque sea lo ultimo que haga, lo despellejaré vivo, eso no se hace Kopón”. “Si conoces algún hotel, yo tengo 3000 pesetas”, dijo la francesa de Cheste. Pero yo no conocía ningún hotel. “¿Y que hacemos?”, en evidencia, nos enrollamos. Estábamos en la puerta de la residencia apoyados en un Renault cinco rojo (mentira, no me acuerdo) dando un recital de morreos y magreos a todo aquel que quisiera mirar, que a esas horas eran bastantes. Aquello no tenia freno estábamos los dos realmente cachondos. Yo le metí la mano por debajo del vestido buscando unas bragas que me parecieron bastante francesas al tacto, y ella por su parte me desabrocho los pantalones buscando con autentica necesidad mi polla (muy poco francesa por su parte). Aquello se nos estaba yendo de las manos porque, para más INRI, estábamos debajo de un foco. La gente que pasaba cerca de nosotros nos miraba y ya empezaban a hacer corrillos. Eso no podía seguir, al menos no allí. Haciendo un alarde de voluntad, le dije que parara para ir a algún sitio más íntimo. Ella no quería, Francia había calado totalmente en ella. La separé un poco de mi y me miró con una cara entre odio y lascivia que casi me hace eyacular. Andamos hacia unas calles más oscuras apenas cien metros en las que paramos constantemente a meternos mano de la forma más primaria y elemental. “Tengo las bragas empapadas”, decía. Aquellas bragas tan francesas. En uno de aquellos arrebatos no aguantamos mas y caímos sobre otro capó (no diré ni marca ni color, para que mentir) y seguimos como dos animales lúbricos, saciando nuestras bocas. Ella no estaba dispuesta a que yo le parara los pies una vez más y me tumbó en aquel coche color… en aquel coche (no creo que sea necesario hacer literatura de un coche en este momento), me desabrochó los pantalones, me sacó la polla y empezó a chupármela. Ya no había nada más que decir, era una chica muy persuasiva. Cerré los ojos y me abandoné en el pensamiento de lo grande que era nuestro país vecino, en como es capaz de sacar el potencial putil de cada mujer, tanto autóctona como invitada. Si hay algo realmente destacable de los pirineos para arriba es el nivelazo que tienen a la hora de crear autenticas zorras. Francia impone carácter y aquella niña buena de Cheste era el más claro de los ejemplos. Francia, que gran país de putas, cuanto que aprender. La chica sabía lo que hacía. No recuerdo donde me dijo que estudiaba pero la Sorbona era la única opción posible dentro de mi cabeza, o alrededor de ella si se me permite la licencia. Así estaba cuando unos gritos me sacaron de mis meditaciones felacionales. Abrí los ojos y pude observar como en los balcones y ventanas de los edificios se asomaban cuerpos de estudiantes jaleando la excelente maniobra amatoria a la que estaba siendo expuesto. Era un publico entregado, pude ver también como había algún grupo en la acera de enfrente uniéndose a la fiesta. Mire para abajo y vi como mi compañera de reparto además de comerme la polla como una autentica necesitada tenia la mano en su coño. Y allí la dejó hasta que el orgasmo la hizo flaquear y se cayó al suelo. Me guardé mis atributos y la levanté antes de que otro galán de los que por allí pululaban se ofreciera cortésmente. Saludamos a los aficionados como se hace en la opera y nos largamos como un dueto triunfador, ellos nos tiraban flores y halagos. También nos pidieron los bises. Ella volvió a decir lo del hotel y lo de sus flamantes 3000 pesetas. También dijo que tenia condones, solo dos dijo, pero bastarían ya que su tren salía en un par de horas. Yo seguía sin conocer ningún hotel, por lo que decidimos que volver a la discoteca era la mejor opción. Entramos y buscamos a su amiga. No tardamos demasiado en encontrarla. Mientras hablaba con ella yo escudriñaba el local en busca de algún rincón donde culminar aquella noche. Lo encontré y volví a por ella. “Tenemos media hora”, dijo. “Nos da tiempo hasta para fumarnos un cigarro y charlar de lo nuestro”, dije con total estupidez, pero la chica no estaba para bromas y casi me empujó hacia la oscuridad. Yo me senté en una especie de banco y ella se puso frente a mi despatarrada. Aquello estaba lleno de gente, pero para nosotros se había convertido en un aliciente más. Nos debíamos a nuestro público. La diferencia era que esta vez todas las parejas que había allí estaban en lo mismo que nosotros. Le bajé el vestido por arriba y dejé al aire sus grandes tetas, que contrastaban con su delgadez. Empecé a lamerlas y estrujarlas mientras sus manos quitaban los botones de mis levis por tercera vez aquella noche. Cuando notó mi polla de nuevo puede ver como sus ojos brillaban en la oscuridad. “Que putón, gracias Dios mío”. Estiró un poco el brazo y cogió con una mano su bolso mientras con la otra aferraba mi miembro. Estaba sacando un condón para ponérmelo cuando apareció su amiga por detrás y le toco en el hombro. “Ha dicho nosequien que nos acerca a la estación, nos tenemos que ir”. “No puede ser. ¡Y ahora que hago con esto!”. Ella se guardo de nuevo sus fabulosas tetas mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla. “¡No es justo, esto no es justo, joder!”decia yo, mientras intentaba acoplar mi erección a los vaqueros. Nos levantamos y nos acercamos al grupo que nos esperaba entre risitas. Miré al capullo del coche con todo el odio del que fui capaz, seguramente mi polla dentro de los calzoncillos también lo señalaba acusadora, y nos despedimos la chica y yo casi a la francesa, como si no hubiese pasado nada. “Oye si quieres te llamo y quedamos otro día” me sentí obligado a decir. “No te molestes, lo que ha pasado ha estado bien y punto”, contestó con todo su Cheste natal y con toda su Galia adoptiva. “Me encanta Francia y sus finales”.
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martes, 15 de junio de 2010

Anatomía de Chapa

Hola a todos los que dedicais un minuto de vuestro tiempo a este Esgarracolchas. Os dejo la biografía de mi libro (Anatomía de Chapa). En unos días colgare el archivo para que os lo podáis descargar gratis, si alguien estuviese interesado en tenerlo en papel que mande un mail.
Gracias.

Chema González Arroyo (1974-1988). Ser automático nacido en la localidad de Madrigueras a la tierna edad de 22 años. Llevó una vida monacal y asceta hasta que murió con 14 años recién cumplidos; el mismo día de su cumpleaños (6-10). Hoy habita en nuestros corazones y en Internet como entelequia, adoptando la personalidad de Esgarracolchas. Ser ufano y malicioso capaz de las mas aberrantes suposiciones. Este es su primer episodio del que podréis disfrutar y sufrir en cuanto terminéis esta absurda autobiografía. Poneos los guantes.
Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 9 de junio de 2010

Braguetazo

Era verano, el verano más caluroso que recuerdo. Aunque siempre digo lo mismo cada año.
45 Grados. ¿En qué puto infierno estaba? En esa ciudad en llamas no había nada que hacer. Pero había una chica. Siempre hay una chica. Ella no era gran cosa, más bien feilla pero funcionaria.
Esperamos hasta la noche, y salimos a cenar. Todo era perfecto. El vino hacía el efecto euforizante que se le reconoce en nuestras cabezas. Demasiado temprano para ir a la cama, demasiado calor también.
Decidimos tomar algo en un garito cerca de su casa.
El sitio era bastante decente, parecía que no hacía mucho que había abierto y la música estaba bien, nada de esa mierda de tecno. Me gustaba.
Nos dirigimos al final de la barra, cerca de la pantalla de ordenador que hacía las veces de DJ y pedimos un ron con cola cada uno. Estaba realmente bien servido aquel combinado que tantas veces había bajado por mi garganta. Si, cada vez me gustaba más aquel lugar. Parecía que al fin habíamos encontrado un sitio donde poder aliviar uno de nuestros vicios compartidos la morena y yo.
Al cabo de un rato mi vejiga comenzó a dar síntomas de necesitar una tregua, pedimos otro y aproveche el viaje hasta el lavabo para inspeccionar a la fauna. No era muy numerosa pero si heterogénea, ya que estaba formada por una mezcla entre Heavys y raperos. Todos ellos muy jóvenes. Éramos los que más clase teníamos con diferencia.
Seguimos charlando y bebiendo el rato suficiente para que nuestra euforia se transformara en excitación. Decidimos largarnos de allí. Mi chica fue al servicio mientras yo pagaba. ¡¡Dios!! Estaba tan excitado que se me hizo eterna la espera.
Cuando volvió la besé como un galán de película y los dos salimos de allí pisando los egos de aquellos pobres mortales que nos miraban con rostros estupefactos. Desde luego teníamos mucha clase.
Llegamos al portal y volví a besarla. Parecía tan caliente como el asfalto de aquella ciudad. Sin poder separar nuestros labios llamamos al ascensor y entramos en él con los ojos cerrados. Entonces los abrí un momento para mirar a mi feilla (pero funcionaria) y….

¿Que cojones es esto?

En aquel instante lo entendí todo. Retrocedí hasta el momento en que ella salió del servicio y pude ver una por una las caras de los chicos y chicas que había en el bar. Lo que en un principio me pareció envidia pasó a ser vergüenza ajena, lo que creía que era admiración se convirtió en asombro, las lágrimas que quise que fueran las de una fan cerca de sus ídolos eran de risa (de descojone más bien).

Seguía sin poder espantar la mueca de asombro de mi rostro haciendo flash back sin parar.

-¿Que ocurre?, ¿Porqué pones esa cara?

La chica que (aunque feilla) yo consideraba como perfecta acababa de descender a los infiernos, ya que de la parte trasera de su pantalón salía una tira de papel del culo (porque del culo salía el papel) que llegaba hasta el suelo.
Yo solo podía pensar en nuestra salida a lo Tarantino de aquel antro (que por supuesto jamás volvería a pisar) mientras ella decía: ¡Ah esto! ¡Me pasan mucho estas cosas!

Yo por mi parte intentaba no pensar en la argamasa que sujetaba el papel al tanga y al culo, propiamente dicho.
Mis peores sospechas se hicieron realidad cuando al intentar desprender la tira de celulosa, esta estaba más reliada de lo que debiera.
A partir de ahí yo tomé la decisión de no mirar mientras escuchaba las risas de ella pensando en lo cómico que era todo aquello. Esto no me puede estar pasando a mi y pensaba: “Madre del amor hermoso que tendrá ahí metido”.

Ahora estoy conduciendo de nuevo hacia mi pueblo. Creo que le extrañó un poco que le dijese que iba a por tabaco ya que no fumo pero las caras de unos niñatos riéndose de mí y la posible inconclusa defecación adherida a aquel trozo de papel pudieron con mis planes de braguetazo, ya que aunque algo feilla la chica era funcionaria.
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miércoles, 2 de junio de 2010

Bingo

Cartones de bingo guillotinados, mancillados por rotuladores mal heridos y gotas de Gin tonic. La Gran dama de rimmel encostrado y crujiente, mancha un Winston con pegotes de carmín cuando profana su boca de media tarde y menopausia. Rubia y voluminosa melena leonada de rulo y diez minutos, dientes amarillos con bordes marrones nicotínicos y aburrimiento. La banda sonora hecha de numero no cambia el tono al igual que su vida, una sucesión de fotos en un escaparate de Viajes Halcón. Ya no existe la risa ni los sueños, solo la rutina de volver cada día al mostrador donde piden el carné y saben su edad. Uñas postizas pintadas de sangre repiquetean en la mesa esperando junto al mechero un nuevo juego de cifras a las que tachar con absoluta maldad. No queda mucho más de pasión en la Gran Dama. Los amantes han cambiado, ahora son de celulosa, pero los trata con el mismo desprecio. Los amantes ya no vienen solos, los tiene que pagar. Línea. En cambio la flacidez llegó un día para no dejarla nunca, un invitado no muy bien recibido. Arruga un poco el labio superior donde vuelve a necesitar colágeno antes de encender otro cigarro y con voz cavernosa pide un whisky con hielo, tiene ceniza en su conjunto de tigre albino, dentro y fuera de él. El mundo es perfecto para la Gran Dama, qué más puede pedir a la vida. Qué más puede pedir. Bingo
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lunes, 24 de mayo de 2010

Asesino Mío

…Y entonces saca un cuchillo, reluciente y grande. Las gotas de lluvia empapan toda la ciudad, empapan hasta este apestoso callejón. Yo no las noto, sólo siento las ascuas de mi respiración y las heridas que sangran como queriendo expresar su opinión sobre el tema. El agua va matando el rojo volviéndolo rosa sobre mi cara. La noche se toma pequeños respiros por los focos de los coches que alumbran la escena. Dos sombras jadeantes frente a frente, abolladas y arañadas. El cuchillo vuelve a brillar y me lleva a otros sitios que nada tienen que ver con la sala de espera del infierno en la que me encuentro. Me recuerda a una sonrisa de muchacha, un tesoro en el fondo de un río.
Ahora esta unos pasos más cerca, yo lo sé y él sabe. Esta noche voy a morir. Ahora aparece la duda, ¿ataco yo o espero que embista para esquivarlo? Lo he visto millones de veces en las películas de la tele, por todas partes, si supiera quien de los dos es el malo todo sería más sencillo. Sin terminar mi monólogo interior (que falta de educación) veo como la sombra se abalanza sobre mí sin darme tiempo a reaccionar. Decididamente no sirvo para hombre de acción o quizá simplemente es que soy el malo de la película. Veo brillar una última vez la hoja de plata antes de desaparecer en mí y ya no me parece algo hermoso, la sonrisa de la niña tiene colmillos y es maliciosa. Noto frío, pero solo dura un segundo, el calor de la savia que se me escapa del cuerpo rápidamente caldea el arma que entra y sale de un servidor. En un acto de revolución agarro el pelo de mi asesino y le levanto la cabeza para increpar mi desacuerdo con el acto que está llevando a cabo. Justo entonces las luces de un coche vuelven a incendiar el callejón y puedo ver perfectamente un rostro extremadamente familiar. Esos ojos, esa boca, el pequeño lunar en la mejilla, las pequeñas arrugas (de expresión las llaman) alrededor de los párpados, un grano en el bigote y esa barba de 4 días. Todo estaba ahí esta mañana en el espejo de mi cuarto de baño, ¿Qué hace aquí? Voy notando como la vida va saliendo a borbotones de mi cuerpo mientras no puedo evitar pensar en la cara de gilipollas que debo de tener. Antes de perder todas las fuerzas recibo un beso en la boca de mi homicida… de mí, el mismo beso que he ensayado alguna vez delante del espejo, aunque este no es frío ni del todo desagradable. No puede ser, es estupido, jodidamente estupido. Sólo por eso, esto no debería haber ocurrido. Una vez en el suelo, vuelvo a sentir frío pero esta vez es diferente. Se extiende como plaga desde el interior hasta las capas más superficiales. Empiezo a dejar de sentir, de oír y todo se vuelve pesado y bello. Antes de cerrar los ojos puedo ver la cara de un hombre satisfecho con su trabajo, conozco muy bien esa expresión… la conocía.





Las gotas de lluvia resbalan por toda la extensión del cuchillo limpiando la sangre. Me quedo mirando el cuerpo hasta que noto que ya no queda nada en él, hasta que sé que es comida para gusanos. Tiene un semblante amable y me recuerda a algunas fotografías que me hicieron estando dormido. Parece no haber roto un plato en su puta vida. Cabrón.
Por fin lo he hecho, por fin he reunido el valor suficiente. Tú estás ahí, acabado y yo podré empezar de una vez por todas. Ya no jugaremos más al juego de todos. Ahora impongo las reglas yo. Se acabó la vida de hipoteca y esclavitud, se acabó el trabajar toda la vida en el mismo lugar sin ningún tipo de motivación. A la mierda con el sufrimiento para conseguir un móvil de última generación, un coche mejor, el último Mac. Ya no harás que me prostituya por un sueldo, poniendo buenas caras para mantener un buen nivel de vida. Que cojones de nivel de vida es ése en el que tienes que meterte la lengua en el culo y evitar pensar mas allá de cómo joder al compañero para poder aspirar a su puesto.

La lluvia no disipaba el olor basura y meados del callejón, pero en mi nariz todo olía a libertad. El lastre de mi vida había quedado tendido en aquel asfalto pringoso y yo acababa de convertirme en el hombre más feliz de la tierra.
Tiré el arma junto a mi cadáver sin preocuparme. Total las huellas eran las mismas que las del muerto. “Se ha suicidado de veinte puñaladas en el estómago”. Ja! Me meo.
Empapado de arriba abajo me dirigí hacia la avenida con un sentimiento de seguridad que sólo puede entender quien ha decidido que su vida no le gusta y ha hecho algo por cambiarla. Libre para hacer lo que quiera, liberado de mi cobarde inquilino. Ahora quizá pudiera ser escritor o tal vez no. Lo único importante era que por primera vez en muchos años me podría mirar al espejo sin apartar la mirada.
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miércoles, 19 de mayo de 2010

El burdel de la vida

Cogí al Destino por las solapas y lo zarandeé pidiéndole el tiempo entregado.
Tiempo que me debía, un tiempo que me pertenecía.
”Maldito usurero”, le gritaba.
El por su parte tuvo el ingenioso gesto de convertirse en un conejo y salir corriendo hasta su madriguera.
Mientras, yo me quedé con cara de idiota mirando la vieja chaqueta que había quedado entre mis manos.
“Que listo es este cabrón” pensé.
Solté la chaqueta, me miré los bolsillos y saque unos cuantos años.
“Creo que tendré suficiente para invitar a una copa a esa puta llamada Suerte, sólo tengo que encontrarla”.
Así es como comencé mi búsqueda.
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viernes, 14 de mayo de 2010

Follar

A-¿De qué estábamos hablando?
B-De follar
A-Follar siempre es bueno
B-Hombre….
A-¿Como que hombre? Follar siempre, siempre es bueno
B-¿Aunque te folles a la Duquesa de Alba?
A-¿A la joven o a la vieja?
B-A la vieja
A-Eso no es follar, eso sería como meter la polla en un montón de mierda, o en un animal muerto. Que no digo que esté mal, pero no es follar
C-¿Te imaginas darle por culo a la Duquesa de Alba? Sería como meter la polla en un animal muerto y en una mierda al mismo tiempo
A- ¡Tu callao! Además la Duquesa de Alba y la palabra follar nunca deberían coincidir en la misma frase
B- Pero no negarás que lleva razón.
A- Al grano capullos, ¿De que estábamos hablando?
B- De follar
C- De follarse a…
A- ¡Que te calles joder! Tú sólo estás aquí para aprender
C- Eh, que yo una vez follé
A- Tu que cojones vas a follar
B- Tu que cojones vas a follar, va contra tus principios
C- ¿Si metes la punta has perdido la virginidad?
A- Hostia pues…no se. ¡Pero que cojones! Si tú no has visto ni una teta en tu puta vida.
C- Dicen que cada 10 pajas que te haces equivalen a un polvo. Hoy me he hecho 5 por lo tanto he metido la mitad de la polla. He aquí mi pregunta. ¿Si metes la mitad de la polla (5 pajas) es canjeable por medio polvo?
B- Pregúntale a tu madre.
A- Si pregúntale a tu madre, por lo menos un polvo ha echado, aunque de haberlo sabido se hubiese hecho 10 pajas
C- ¿Las pajas de las mujeres son equiparables a las de los hombres?
A y B- ¿Las mujeres se hacen pajas?
C- Vuestras madres si, pero solo de 5 en 5 porque lo que ellas conocen por follar, gracias a la polla de vuestros padres, tan solo es canjeable por 5 pajas.
A y B- ¿Se hacen o no?
C- Seguro
B- Voy a cascármela
A- Eh, no que estamos en algo serio. ¿De que estábamos hablando?
B- De follar
C- De follar madres
B- Las palabras follar y madre nunca deberían coincidir en la misma frase
A- Al grano, Hacerse 10 pajas tampoco es follar, eso no está demostrado
C- Follar está bien, pero hay algunas pajas que se te saltan las lágrimas.
A- La verdad es que como se conoce uno mismo no te conoce nadie y el punto que me doy yo…
B- Yo una vez follé
C- No me creo na
B- En serio, yo una vez follé, bueno o casi
A- No se “casi folla” o se folla o no se folla
C- Vuestras madres llevan toda la vida “casi follando”
A- ¡Tu callao! A ver explica eso.
B- Pues veréis. Estaba yo un día en las fiestas y me fui con una tiaca…
A- Espera, espera. ¿No será ese día que estuviste toda la noche desaparecido? Esa noche que os largasteis la Fétido y tú y que nos contaste un rollo que habías estado vomitando por ahí y que no te acordabas de nada. ¿Esa noche?
B- No me acuerdo
C- Si nos ceñimos únicamente al volumen de la Fétido, es correcto el término “tiaca”
B- Ya no os lo cuento
C- O lo cuentas o suelto lo de: “esto no nos convierte en maricas”
B- No acepto coacciones
C- Un día que estabas muy borracho…
B- Nos fuimos la chica y yo a mi casa. Una vez allí empezamos a morrearnos a lo bestia…
C- Con la Fétido sólo se puede morrear a lo bestia
B- Yo por lo menos no digo que quiero ser virgen hasta el matrimonio porque estoy seguro que nadie quiere follar conmigo.
C- Eh, que son mis principios y son muy de respetar
A- ¡Sigue contando Copón!
B- Bueno, pues eso; nos pegamos el lote bien a gusto y después nos fuimos al sofá. Allí le quité los pantalones y las bragas y me la follé.
A- ¿Te la follaste o casi te la follaste?
B- Veréis, es que estaba oscuro y, joder, eso no es tan fácil como os pensáis, ¿vale?
A y C- ….
B- Pues resulta que ella estaba sentada con las patas levantadas y yo me acerque de rodillas, estuve buscando un rato el orificio con el nabo y después de un rato empecé a culear hasta que me corrí.
C- Eh, tio! Tu has follao. No había conocido a nadie que hubiese follao
A- ¿Y ella se corrió?
B- No, ella no se corrió
A- De ahí lo del “casi follé”, ¿no?
B- Exacto, tío. Tú lo has dicho

Versión telefónica de Fétido:

Pues nada tía, que el muy gilipollas me lleva a su casa, nos tiramos media hora morreando, que yo pensaba que se me caía la mandíbula. Después, me lo llevo al sofá, me quito los pantalones y las bragas y me espatarro para que me folle de una puta vez. ¿Y a que no te imaginas lo que hizo? El muy subnormal se me arrima con su minipolla y después de intentar metérmela por el ombligo; ya, vale que tengo un ombligo bastante profundo, por un muslo y por el otro, la clava entre mi culo y un cojin y se pone a culear. Pero lo mejor no es eso, lo mejor es que al terminar pilla y me pregunta que si me ha gustado. ¿Te lo puedes creer? Que si me ha gustado me dice. ¿Pues qué quieres que le dijera?, que le preguntara al sofá que era a quien se había follado. Si, borde los cojones que me tuve que ir para casa a matarme a pajas del calentón que llevaba, por lo menos 10 me hice. Eso dicen pero no está demostrao.

C- ¿y mola o no mola?
B- Pseee, que decirte, está bien pero las pajas son las pajas y luego no te tienes que dar besitos y abrazos a ti mismo.
A- Total que tampoco es para tanto
C- Hombre a mi como no me interesa para nada porque yo me reservo para la mujer que vaya a ser mi esposa y…
A- ¡Que te calles coño! ¿A quien quieres engañar?
C- ¿Y tu a quien quieres engañar tu?, porque tu tampoco follas.
A- Hombre, pero lo mío tiene explicación. Lo mío es por higiene
B- Eso si que tiene lógica, porque después a mi me escocia la polla una barbaridad
A- Claro tío, lo de mear con lo de mear, casi pegando con lo de cagar. Calla, solo de pensarlo me da repelus
A, B y C- …
A-Bueno conclusión, follar no vale la pena
B- Tú decías que follar siempre es bueno
A- Ya pero mira, este tiene sus principios y son muy de respetar. Tú lo has probado y dices que no es para tanto y yo no estoy dispuesto a pillar cualquier cosa por hacer algo que me parece una guarrada.
C- No follar es nuestra decisión. Somos cojonudos
A- Este es el problema de la humanidad, que ya no quedan personas tan éticas como nosotros.
B- Bueno…. Yo voy a pelármela un rato en mi habitación con Descartes, pásame el Lib
C- Yo con Santo Tomás
A- Yo con Hume. Desde luego que paz interior saber que estás haciendo lo correcto


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lunes, 10 de mayo de 2010

Matrimonio

Dos sombras en una habitación, ardiendo en el fuego que escupe la pantalla. Una botella de Terry pero sólo una copa. El hogar está a oscuras, los chicos están fuera. La sombra masculina vuelve a llenar su lámpara de frustración. Traga ya sin saborear y observa a la sombra femenina buscando algo así como pasión, algo para iniciar su antiguo ritual de cortejo (últimamente casi fúnebre). A los pocos segundos, agotado, vuelve a beber. La sombra femenina ha notado el dardo, pero no ha movido un músculo, haciéndose la muerta, sigue observando las llamas del televisor. El esbozo de hombre, se levanta de la mesa tambaleándose: “Voy a mear”; excrementa su boca mientras se pierde por el túnel del tiempo del pasillo. Cuando escucha el torrente de alcohol desbordarse al otro lado del apartamento, ella, se relaja y disfruta del programa de variedades del sábado por la noche. A la sombra le ha nacido una mancha lechosa en la cara que dura hasta que escucha los pasos dubitativos del marido que hace años dejó de ser compañía.
Dos sombras en una habitación cocinan a fuego lento sus vidas en el infierno del hogar.
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domingo, 9 de mayo de 2010

La Pena

Los látigos de realidad me rasgan la piel una y otra vez. No me dejan zambullirme en mi imaginación para transportar a la superficie las perlas que allí se cultivan. Derrotado entre problemas voy avanzando por el cieno mientras me voy hundiendo poco a poco en mis cobardes intentos de supervivencia. Hasta aquí llego para esconderme en mi teclado, pero el teléfono móvil rompe la cordura necesaria para escribir mis locuras. No se puede escapar de esta vida, seguro que incluso en mi entierro tendré una llamada a la que contestar. Sólo espero que sea el diablo que llama para invitarme a una orgía de música y rocas fundidas. Ya oigo los tambores a lo lejos, esperando mi degenerada maraña de huesos y piel.
Observo en el espejo retrovisor de un coche, el blanco mural de mi rostro que me devuelve del lascivo infierno a la perfilada realidad. Con todos sus contornos bien rotulados, observo los píxeles de mi sombra a la vez que el sol se me clava en la nuca como una aguja de tejer. De repente hay una visión en la otra acera. Con la luz hincánome las uñas de su millón de dedos desde el punto más alto de mi cabeza hasta donde el cuello se hace espalda, puedo ver a la PENA.
Es una mujer totalmente enlutada sentada en una silla con un rosario entre las manos.
Todo en ella es negro excepto un cabello corto y gris. Si al menos fuese blanco le daría un punto de luz a una figura que parece una sombra a la que le han nacido ojos. La observo mientras noto que el astro me peina con sus doradas púas y estas van haciendo surcos por donde mi sudor se canaliza. La silla, fiel compañera en la rendición, se ha mimetizado con su dueña. Es pequeña y quizá en algún momento de su existencia fue de algún otro color diferente a la unión de todos los colores, pero el contacto con la montaña de escarabajos que sobre ella descansa la ha convertido en un elemento más de este sombrío espejismo. Está ringada hasta el ángulo que le ha permitido la pared en que se apoya y al igual que a su señora se le adivinan los años por las hendiduras que en ella se vislumbran. La pena lo absorbe todo, todo lo mancha y lo pudre, pero no lo mata. Te deja vivir para que puedas observar tu agónica descomposición. Cada vez me es más difícil saber si todo esto es real porque mientras que a mi camiseta blanca se le amontonan las zonas oscuras (quien sabe, tal vez también esté siendo atrapado por el agujero negro de la amargura) su rostro se muestra impasible al calor. Un rostro como pintura corrida por disolvente, sus ojeras y toda la piel de la cara parecen estar estiradas hacia abajo por unas manos invisibles que arrancan desde el centro de la tierra. Su sonrisa convexa permanece entre los paréntesis agrietados que se fraguan en las comisuras de su boca; y sus ojos, del color de la ceniza, emiten ligeros movimientos cuando un coche rompe su interminable presencia. Mirarla es como mirar cara a cara a la eternidad.
Conozco a esa mujer, su marido murió y desde entonces se sienta a ver pasar los coches y los años en la acera, es como si alguien le hubiese entregado el testigo el primer día de duelo. Un escalofrío me recorre el cuerpo cuando pienso que podría ser yo el siguiente en estirar la mano para recoger la mancha negra como John Silver y aunque parece que la goma de mis zapatillas se está fundiendo con el asfalto logro encontrar algo de fuerzas dentro de mi dorsal de perdedor y salir corriendo lejos del macabro acantilado que parece invocar a mi cuerpo.
Estoy totalmente agotado, llevo tanto tiempo corriendo al sol que ya ni siquiera sudo. No paro de pensar en como la tristeza te acecha sin que te des cuenta y en tu momento más débil te envuelve con su manto para darte su dulzona sopa de autocompasión. Estuve cerca de sucumbir, menos mal que me he dado cuenta a tiempo y he podido huir de la mirada de medusa. En esos pensamientos me hallo mientras me percato de que ya no tengo calor, cosa rara pues sigo sintiendo el aliento de Junio. Entonces miro mi camiseta y descubro que ha cambiado de color, se ha vuelto como la misma noche, mis pantalones también se han tintado de cuervos. De repente una terrible pesadez me impide levantarme de la silla en la que me senté para descansar . ¿Que me está ocurriendo? No puede ser, ¡yo escapé!, no puede ser. Con movimientos cada vez más lentos voy girando mi cabeza como si estuviera hecho de nogal y dirijo mis ojos hacia el rosario que sujeta mi mano, el ruido de un coche azul me hace desviar la mirada hacia sus ventanillas donde distingo un rostro, creo que el mío. Otro coche, creo que soy yo, otro coche, no estoy seguro, otro coche, otro….

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viernes, 7 de mayo de 2010

¿Dónde, el futuro?

Estuve esperándolo sentado en un banco de la estación, después me tumbé, luego me dormí.
Al despertar era el pasado el que me miraba a la cara, creo que había intentado robarme durante mis sueños de pitonisa.
Fue él quien me lo aclaró: Todos pensáis en el futuro a muy largo plazo. ¡Idiotas!.
El futuro es dentro de un segundo.
Dicho esto, lo vi marcharse y hacerse más pequeño.
Creo que envejecía a la vez que se alejaba.
Sentado a mi lado permanecía el presente observando todos los movimientos del anciano mendigo que se separaba de ambos paso a paso, segundo a segundo.

¿Por qué parece tan débil el pasado? Pregunté a mi acompañante.
Porque solo se alimenta de recuerdos.

¿Por qué se ve tan pobre? Volví a preguntar.
Porque hay mucha gente que vive de él, en él.

¿Que más sabes, amigo? Cuéntamelo todo.
Todo lo que te puedo decir me lo enseñó el pasado, incluso lo que sé del futuro.

¿Y que sabes del futuro?
Exactamente lo que tú. Solo sé lo que nos ha dicho nuestro ayer.

¿Y si yo desease saber mi destino dentro de algunos años?
Te diría que es una estupidez semejante a empezar a ver una película por el final.
¿Qué gracia tendría entonces?

Sólo sabremos del mañana lo que nuestro recuerdo nos quiera contar.


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martes, 4 de mayo de 2010

Años Raros

Mira bien al doblar la esquina pues te puede sorprender el pasado con un espejo. Mira bien porque no te dará tiempo a cerrar los ojos.

Ella solía ser difícil de aguantar, conspiraba debajo del agua, cada vez que duchaba a su conciencia.

Las verdades eran feroces pero, en aquellos años tan raros, las mentiras eran aún peor.

Parecíamos niños con piedras y palos, nada bueno en la cabeza, nada sano en nuestras venas.

Fuimos grandes a nuestra manera, no pedimos permiso a los sueños y estos se mosquearon y se largaron del barrio.

Ella moría en cada sesión doble de cine de verano y sus ojos azules leían fotogramas que su mente nunca supo descifrar.

Ella solía ser difícil de predecir a cada sonrisa seguía una puñalada. Vuelve mañana con otra cara y entonces hablaremos de nosotros.

Yo tampoco fui del todo franco con ella pero ¡joder!, eran aquellos años tan raros, aquellos años tan felices.

Yo tampoco fui fácil de llevar, también lloré bajo mi ducha de miedo y rabia.

Entre luces-láser y coches tuneados nos fugamos cada uno hasta un after cuyo neón rezaba: PERDICION

- “Allí nos vemos”. Jamás habrá nada más cierto en este jodido mundo.

Hoy es otra noche de ojos abiertos donde se han vuelto a cruzar nuestras pupilas.

Somos dos náufragos de un barco llamado Realidad.

Te pareces a un recuerdo rebobinado, quizá lo seas, pero el flash te hace más sombría y marchita que en nuestros años de gloria.

Seguro que yo tampoco soy el mismo tipo que solía ser, pero así son las cosas.

El tiempo pasa y nuestros vicios no paran de crecer, tampoco nuestros recuerdos paran de menguar.

Ella solía ser difícil de aguantar y yo tampoco fui un gran galán en aquella mala peli de cine de verano.

La vida nos pareció divertida. Nada más.

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