Unos niños corren, por aquí y por allá. Son del barrio, lo sé porque saludan a un joven con el que casi tropiezan. El tipo lleva un trozo de papel de plata de considerable tamaño y se le ve feliz.
¡Eh, chavales! ¿Dónde vais, a buscar novia?-Dice divertido.
Las parejas de turistas se aman al sol en plazuelas y me siento afortunado por haber podido observar esa escena, esa simbiosis tan gamberra donde la vida atronadora y la destrucción casi se han rozado y han interactuado con total naturalidad. Así es; natural, sin drama y con la luz del mediodía otoñal haciendo que las chaquetas cuelguen de los hombros.
Hoy es un día soleado en el Albaicín y todo parece correcto, todo simplemente discurre, como las carreras de los niños y brilla como el papel de plata antes de ser quemado.
¡Eh, chavales! ¿Dónde vais, a buscar novia?-Dice divertido.
Las parejas de turistas se aman al sol en plazuelas y me siento afortunado por haber podido observar esa escena, esa simbiosis tan gamberra donde la vida atronadora y la destrucción casi se han rozado y han interactuado con total naturalidad. Así es; natural, sin drama y con la luz del mediodía otoñal haciendo que las chaquetas cuelguen de los hombros.
Hoy es un día soleado en el Albaicín y todo parece correcto, todo simplemente discurre, como las carreras de los niños y brilla como el papel de plata antes de ser quemado.