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Una buena poesía. En centímetros

jueves, 20 de enero de 2011

Felicidad recetada

El primer día que la medicación empieza a hacer efecto parece que todo

es perfecto, te sientes tan raro por no estar deprimido que vuelves a ser
un niño que juega. Después pasa, como todo.



Hoy sólo quedas tú

Mi sol de invierno

Te tornas cristalino si me miras a los ojos

Te haces limpio si besas mi ceguera

Eres más titán que nunca

Todo lo abarcas

Todo lo acaricias

Hoy tu piel no nos quemará

Porque limpias gargantas con tu continuo estar

Es agradable caminar bajo tu mirada de infinitos ojos

Ojos que desatan a la musa de las sonrisas

Tu caminar araña los brotes que nacen de la tierra a

[tu amparo

Y sin fuerza para masticar la escarcha que queda en

[las umbrías

Te retiras haciéndole un guiño a la luna temprana

Hoy sólo quedas tú

Gracias a la medicación sólo estás tú

Caminando a tu lado con mi felicidad recetada

Parece que todo es un sueño

Por fin he conseguido salir de la cama para caer en el

[sueño de la vida

Para apartar la tierra e ir naciendo como una planta

Que se abre paso desde su misma tumba buscándote

Hoy no soñaré ni con pistolas ni con cuchillas

No soñaré con cuestas que no puedo subir

Hoy dormiré para tener valor a despertar un día más

Despertar para poder verte

Para que me bañes y me desprendas de todo el

[alquitrán

Que el tiempo pegó a mi piel

Ya no queda llanto que verter

Todo está llorado

Mis ojos se secaron y ahora sólo queda nadar hasta la

[superficie

Nadar de la mano de mi felicidad recetada



Felicidad recetada, felicidad en cápsula, en polvo, en vena o en vaso. Está claro. Depresión, ansiedad, crisis nerviosas. Todo esto os suena, por supuesto. Estamos demasiado acostumbrados ya, a no entender de qué coño va esta vida, de sentirnos hundidos sin nigún motivo o, tal vez, por todos los motivos que sospechamos.

Un amigo me describió lo que se siente la primera vez que una receta te arranca del pozo y yo me lo imaginé caminando por el campo en un domingo soleado y frío. Uno de esos días que todo parece demasiado bonito para ser verdad. Uno de esos días que son espejismos pero que ayudan a soportar el crudo invierno, la cruda vida. Esto está dedicado a todos aquellos que soportan la existencia con dolor y siguen adelante.

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1 comentario:

  1. Agárrate a ese sol de invierno, hay veces que ni la medicación lo consigue.

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