--------------------------------------------------------------------------------

Una buena poesía. En centímetros

viernes, 20 de abril de 2012

El sabio




El sabio entra en el bar, son la 10 de la mañana. Triunfal, imponente, con su estupenda forma de andar, como lo haría un mariscal pasando revista a sus tropas. Orgulloso. Lleva el pelo más corto de lo habitual, parece habérselo cortado él o alguien que no lo aprecia demasiado. La barba cana le da entidad suficiente para hablar y le gusta hablar.  Se acerca a la barra y pide un vaso de agua. Mientras se lo traen se apoya  y sostiene su cabeza con ambas manos, hoy no tiene buen aspecto. Se levanta, agarra el vaso y dirige sus andares hacia la puerta. Hay que fumar. Camina con una mano en el bolsillo y algo inclinado hacia atrás, mueve los pies como si fuese dándole patadas a las piedras. El tío sabe andar.  La primera vez que lo vi pensé que era el borracho del pueblo pero, en todo este tiempo,  solamente le he visto beber agua, lo que me ha hecho replantearme la ingesta de líquido del  grifo por estas latitudes. El sabio tose y se acerca a nosotros, se sienta en la mesa y se dispone a adoctrinarnos. Improvisa, pero él es sabio, y debe extender su conocimiento a los obtusos, lo quieran o no. “ Si Dios quiere”- dice. “Lo malo es si no quiere”. Sentado en la mesa contigua repite una y otra vez esta frase, terminada en un Ja,ja. Sabe que es ingeniosa, sabe que necesitamos oírla. Ja,ja. No quiero mirarlo directamente pero intuyo sus ojos vivos de Coñac y muertos de anís, aunque solo lo haya visto beber agua; eso es lo que se intuye, se sospecha, en realidad, se ve y se huele. Habla nervioso, de carrerilla, como recitando las tablas de multiplicar, como su andar, a golpes de brío. Definitivamente no tiene buen aspecto. Ja,ja.

Entonces ocurre algo, hay un matiz diferente en su discurso, algo se rompe con un pliegue en su oración: “hoy ha dicho no”. Ya no hay Ja,ja final. Parece que toda su vida ha colapsado dentro de esa frase.  Entonces lo miro y no solo veo al borracho, estoy viendo a un hombre machacado, triste, una persona que huye de sí mismo, ciertas arrugas de su cara parecen haberse hecho más profundas y no puedo evitar preguntarme cuánto tiempo lleva esperando que Dios diga si. La frase se le ha atragantado y empieza a toser, se ahoga. Un esputo sale de su boca y cae sobre los ladrillos marrones del bar, se levanta para borrar con el pie las huellas de su decadencia y desea que no hayamos visto nada. Lo tacha nervioso, más nervioso que de costumbre, porque no está bien, no debemos pensar que es un sucio borracho, él solo es un sabio y no quiere ofender a nadie. Se escabulle hacia la calle, buscando en su bolsillo un ducados que mitigue la tos. En la mesa está el vaso de agua medio lleno (que lo quiero ver yo). “Hoy ha dicho no”. Así parece ser.
 

4 comentarios:

  1. Touchée,... es cuestión de esencia, maestro.

    ResponderEliminar
  2. Buenísimo, felicidades.
    Salud
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. y si dios no quiere habrá que seguir intentándolo...pobres de los sabios que no saben quién manda

      Un saludo

      Eliminar
  3. ______________Nace la poesía vacía. Gracias.

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...